Abuso de aire acondicionado genera más gripes

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Médicos advierten que poner el equipo a menos de 22º provoca faringitis, resfríos e infecciones respiratorias. Chicos y asmáticos, los más afectados.

Según advierten los especialistas, el mal uso de los equipos (ponerlo a menos de 22º) puede generar tos, faringitis y broncoespasmos o desencadenar infecciones y, en personas con alergia o asma, agravar el cuadro preexistente.

“Inclusive cuando en el exterior hay más de 30º, la temperatura ideal para un aire es de entre 22º y 24º. Pero esa recomendación suele desatenderse y el uso de estos aparatos en una intensidad inadecuada se transforma en un hábito en la oficina, la casa y el auto. Por eso, durante el verano, el 40% de las consultas médicas obedece a esto, así como también el ausentismo laboral”, explicó Juan Carlos Ivancevich, jefe del servicio de Alergia e Inmunología de la Clínica Santa Isabel.

Así, los equipos de aire acondicionado se transforman en responsables de resfríos, faringitis, rinitis, asma e infecciones respiratorias en pleno verano ya que disminuyen en exceso la temperatura ambiental. “Además de enfriar, el aire acondicionado seca el ambiente”, sostuvo Salvador Pace, director asociado del hospital provincial Cetrángolo de Vicente López. “Ese aire frío y seco reduce las secreciones mucosas e inflama la vía aérea superior (garganta, nariz y laringe) y esto genera cuadros inflamatorios como faringitis y rinosinusitis”, agregó el especialista.

A su vez, debido a la falta de limpieza de los filtros, los equipos acumulan hongos, gérmenes y otros microorganismos que también pueden provocar infecciones.

“De por sí, el frío genera que el organismo aumente su producción de calor y trate de no perderlo, por lo cual al prender el aire se produce la vasoconstricción periférica, que es lo que en las personas con infecciones genera la crisis o agudización. También se da un proceso de inflamación a nivel bronquial y se secan las secreciones”, dijo Pace.

Por otro lado, el aire frío sobre la cabeza o la espalda puede provocar cuadros de cefaleas y contracturas musculares. “Por eso, hay que controlar la temperatura pero también, de ser posible según el equipo, fijar la humedad entre el 40% y 60% y utilizar la modalidad FAN o ventilador. Además, es conveniente refrescar la habitación y procurar que el aire del aparato se reparta de manera uniforme”, esgrimió, por su parte, Ricardo Zwiener, miembro de la Academia Americana de Alergia, Asma e Inmunología.