Acción a largo plazo: las 3 claves que te indican que hay que venderla

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Cuando se apuesta a una acción a largo plazo, el inversor sabe que el camino será largo pero el arco iris del retorno puede estar al final. Sin embargo, encariñarse con una inversión nunca es buen síntoma y hay que saber vender los títulos a tiempo para no pasar a ver números rojos en una fracción de segundo.

A pesar de que generalmente recomienda no mover parte del capital fuera del mercado de valores cuando se trata de una inversión a futuro, Jim Lowell, editor jefe de Fidelity Investor, sí reconoce que hay algunas situaciones que ameritan tomar esta medida. La revista Money entrevistó al especialista en finanzas que reveló cuáles son las tres señales que los inversores tienen que tener en cuenta para deshacerse de los títulos de su cartera.

1) Si hace años que no cambiás nada en tu cuenta de inversión

El mercado cambia constantemente. Cotizaciones, tasas y valores fluctúan al ritmo de las economías y los negocios; lo hacen de manera tan rápida que todo puede suceder en un solo día. Quizás la cartera de inversiones seleccionada hace años se modificó y hoy en día es necesario meter mano para no perder dinero.

“Si hace ocho años –ejemplifica el artículo del medio– decidiste que tu portafolio estuviera constituido un 60 por ciento en acciones y 40 por ciento en bonos para cumplir con tus objetivos, quizás hoy pueda haber cambiado a 80 por ciento en acciones y 20 por ciento en bonos”. En ese caso, establece que la mejor regla es rebalancear las inversiones si la cartera se modifica en un 10 por ciento o más.

2) Si estás a cinco años de alcanzar tu meta

Sacar el pie del acelerador a tiempo también puede ser beneficioso para no apartarse de los objetivos, aunque parezca que estamos cerca. Según Lowell, es conveniente reducir la exposición a la Bolsa al menos cinco años antes de lograr la meta deseada.

Incluso, asegura, esta maniobra puede realizarse antes de ese tiempo. Sin embargo, no llevarla a cabo en el momento indicado podría propiciar una caída en las ganancias que luego será muy difícil de recuperar.

3) Si estás temeroso (pero no dejes que te invada el pánico)

Diversificar el portafolio de inversiones es un consejo que repiten todos los especialistas, aunque Lowell resalta la necesidad de incluir también aquellas acciones que no son de nuestro agrado. “Precios más bajos son una manera de mitigar los riesgos de inversión”, explica.

Asimismo, el editor de la compañía de información financiera destaca el peor motivo por el que alguien puede vender sus acciones: “Me lo recomendó un amigo”. Lowell recomienda apostar por los fondos de inversión que apuntan a largo plazo que invierten solo en acciones a muy bajo precios, las cuales son proclives a causar pérdidas menores ante un retroceso en la cotización de los títulos.

“Pasar a efectivo es uno de los santos griales de la biblia de los inversores”, afirma Lowell. Y remata: “Pero no hay un Santo Grial realmente en la Biblia y cualquiera que haya dicho que pasó sus acciones a efectivo y volvió al ruedo, miente”.