Banco Central informó hoy que entre enero y abril destruyó 350 millones de billetes deteriorados de todas las denominaciones, en especial de 100 pesos, «mediante el uso de una nueva máquina trituradora con tecnología alemana».
«El operativo permitió reducir el monto total de billetes en circulación, solo durante el bimestre marzo-abril, en 260 millones de unidades», señaló la autoridad monetaria en un comunicado, en el que destacó que su objetivo es «normalizar y reducir el efectivo en poder de los actores económicos, al mismo tiempo en que se sigue extendiendo el uso de los medios electrónicos de pago».
La entidad presidida por Federico Sturzenegger precisó que había comenzado a recibir «billetes extremadamente gastados, que venían siendo acumulados en las bóvedas de las entidades financieras» y cuya vida útil «se había extendido por encima de lo recomendado por los estándares internacionales».
En lo que va del año, la autoridad monetaria ya retiró de los bancos 510 millones de estos billetes, lo que permitirá «reducir costos de logística, seguridad y almacenamiento para todo el sistema financiero, incluyendo al propio BCRA».
En la actualidad, el 25 por ciento del efectivo en poder de los argentinos está en los nuevos billetes de 500 y 200 pesos, un 70 por ciento en billetes de 100 y el 5 por ciento restante en papeles de menor denominación.
En junio de 2016, antes de la aparición de los nuevos billetes, los de 100 pesos representaban el 93 por ciento del circulante, quedando para los billetes menores sólo el 7 por ciento restante.
El BCRA explicó que los fajos de billetes deteriorados son entregados por las entidades financieras de todo el país «con gruesas perforaciones que evidencian que ya no tienen valor de circulación». «Una vez recibidos, se inicia un procedimiento de control y recuento, que en algunos casos es manual ya que el mal estado de los billetes impide recontarlos con máquinas», añadió.
Según el BCRA, «la trituradora de billetes permite destruir entre 6 y 8 millones de billetes por día» y «en pocos minutos, transforma los fajos en pequeños ‘ladrillos’ de papel triturado y prensado, que luego recibe un tratamiento como residuo especial según la normativa vigente».
