Cardiopatía Congénita

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Cada año, hasta diez de cada mil bebés nacen con alguna cardiopatía congénita (CC), estas malformaciones de nacimiento afectan la estructura y funcionamiento del corazón, entre las más habituales en bebés y niños son la comunicación interventricular (CIV), la tetralogía de Fallot y la comunicación interauricular (CIA). El diagnóstico precoz es fundamental para tratamiento de estas enfermedades del corazón, cuyo pronóstico es cada día más favorable debido a los avances en cirugía y por que son más vulnerables a contagios de enfermedades respiratorias asociadas al Virus Sincicial Respiratorio.

En marco del Día Mundial de las Cardiopatías Congénitas -el cual se conmemora el 14 de febrero- el cardiólogo pediatra Antonio Juanico Enríquez, explicó que esta anomalía de nacimiento es la más común y se produce como consecuencia de alteraciones en el desarrollo embrionario, principalmente entre la tercera y décima semanas de la gestación.

“Debemos proteger a menores con problemas cardiacos ya que están expuestos a factores que amenazan su salud. Uno de los más importantes es el Virus Sincicial Respiratorio (VSR), patógeno que daña los pulmones y que provoca el mayor número de infecciones respiratorias en menores de un año”, alertó el especialista.

Los niños que nacen con alguna CC son más propensos a desarrollar una enfermedad grave por (VSR), como bronquiolitis y neumonía. Además, se recomienda extremar cuidados con menores que tengan problemas cardiacos pues los procedimientos quirúrgicos del corazón realizados en niños durante el contagio por VSR se relacionan con un riesgo alto de complicaciones postoperatorias.

El también miembro de la Sociedad Mexicana de Medicina Crítica Cardiovascular, indicó que las tasas de hospitalización por VSR en niños con Cardiopatías Congénitas son dos o tres veces más altas que en niños con bajo riesgo (hasta 2 años de edad).

Sin embargo, dijo que podemos proteger a los pequeños con cardiopatías congénitas del VSR gracias a la inmunización pasiva, es decir, administrar anticuerpos monoclonales que actúan para salvaguardar los pulmones pues evita la necesidad de mayor suplemento de oxígeno para la enfermedad por el VSR en bebés y niños menores de 2 años con CC.

Se ha demostrado que los pequeños que reciben inmunización pasiva tienen menos ingresos hospitalarios, hospitalizaciones más cortas, menos días con requerimiento de oxígeno y estancias en cuidados intensivos menos prolongadas por infección por VSR.

“Proteger a los niños con cardiopatías congénitas requiere de un trabajo conjunto: recibir inmunización pasiva para evitar contagios por VSR y una colaboración estrecha entre los profesionales de la salud y la familia, con el fin de optimizar la calidad de vida de los pequeños” finalizó el especialista.