Centro Comunitario Costamar

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El Centro Comunitario Costamar se proyecta dentro dos grandes problemáticas a resolver: la topografía del lugar, 240.5 m2 de acentuada pendiente –un terreno habitualmente desestimado por los pobladores debido a su nula habitabilidad- y la poca identificación de los vecinos con los espacios públicos del barrio Costa Brava y Vista al Mar en Playa Ancha, Valparaíso.

La baja identificación de los vecinos se expresa mediante un rechazo con su contexto urbano inmediato, un conjunto de viviendas sociales de principios de la década de los 90’ donde la edificación en serie primaba en su gestión. Esta información fue recogida en una encuesta elaborada por la fundación Junto Al Barrio, al comienzo de los trabajos de inserción social en las poblaciones de Costa Brava y Vista al Mar, en el cerro de Playa Ancha. No obstante, si bien el rechazo de los habitantes de este territorio se daba con su propio barrio, la situación era distinta con respecto a la ciudad de Valparaíso con la que sí existía una relación de pertenencia.

Desde esta información se recogieron entonces dos elementos formales arraigados en la Ciudad-Puerto: por una parte la experiencia de muelle, un terraplén que se asoma hacia el mar, y por otra parte el desarrollo de espacios públicos conectados entre sí en distintos niveles, haciendo uso de la topografía del proyecto. Esto, sumado a la inexistencia de un espacio que albergara las reuniones y actividades de sus habitantes y organizaciones sociales, determinó que uno de los objetivos planteados fuera la creación de un hito urbano, a escala de barrio.

El edificio precisamente se emplaza en el centro del barrio, en un importante nodo de circulaciones peatonales. Esto, sumado a las características ya mencionadas del terreno, sirve como elemento fundamental para rescatar un importante aspecto formal: la cubierta del proyecto. Todo el barrio de Costa Brava se sitúa en pendiente, por lo que existe una carencia de espacios públicos y de estancia. La cubierta se presenta como un deck de madera sobre el edificio, replicando la experiencia del muelle, orientada además en sentido perpendicular al acceso principal del barrio, invitando de esta manera a la comunidad a observar una vista panorámica del conjunto habitacional, acompañado también de una impresionante vista al océano Pacífico.

El Centro Comunitario presenta como espacio principal un salón multiuso, que además tiene la posibilidad de abrir sus muros, dos grandes puertas correderas en el perímetro, ampliando de esta manera su espacio total, generando que las actividades no solo se lleven a cabo en el interior, sino también en los espacios exteriores.

Debido al emplazamiento a contra pendiente del edificio, la iluminación de su interior se resuelve mediante dos lucarnas horizontales, paralelas entre sí, que permiten el ingreso de la luz a lo largo de todo el espacio que se encuentra enterrado en la pendiente.