El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, propone una agenda parlamentaria progresista, que incluye restablecería las relaciones con Cuba. Pero qué tan probable es realmente?
En su búsqueda de cambiar las históricas políticas que han alejado a Estados Unidos del imaginario mundial como un “país progresista”, el primer mandatario de este país se encamina a la dura tarea de cambiar el bloqueo histórico a Cuba.
La agenda oficial planea mantener una serie de reuniones claves, siendo la más importante la del día de hoy, consiguiendo a la de mañana, que tendrá como objetivo estipular cómo se dará la re apertura de embajadas.
En este aspecto es en el que Obama se encuentra complicado: no tiene mayoría en el Congreso, y el embargo económico a Cuba puede ser levantado solamente por el parlamento, y al igual que en toda la historia del país americano, la otra fuerza mayoritaria – los republicanos- no piensan dar rienda suelta a favorecer ni a las relaciones bilaterales entre ambos países, ni a la agenda progresista de los demócratas.
Por su lado, el presidente declaró que «En Cuba, hemos acabado con una política cuya fecha de caducidad había pasado hace mucho (…). Este año, el Congreso debería empezar el trabajo de acabar con el embargo», en su discurso del Estado de la Unión ante el pleno del Congreso.
«Nuestro cambio en la política hacia Cuba tiene el potencial de acabar con un legado de desconfianza en nuestro continente, elimina una hipócrita excusa para las restricciones en Cuba, respalda los valores democráticos, y extiende la mano de la amistad al pueblo cubano», sostuvo.
