Así lo determinó un estudio recientemente publicado en la revista Nature en donde se comprueba que «las personas que viven en sociedades más corruptas tienen más probabilidades de ser deshonestas».
Una reciente investigación académica a cargo de la universidad estadounidense de Yale, conjuntamente con la universidad inglesa de Nottingham Simon Gäechter, determinó cómo el nivel de corrupción presente en una sociedad influye directamente en la honestidad de sus ciudadanos.
El estudio, cuyas conclusiones fueron publicadas en la revista Nature, analiza que «cuánto más propenso es el entorno a vulnerar las normas, menos honestos tienden a ser los individuos que viven en una sociedad determinada»
Además indica que la prevalencia de la violación de normas en cierto entorno social, como corrupción, evasión fiscal o fraude político, son factores que «pueden influir directamente en la honestidad intrínseca del individuo».
Para arribar a estas conclusiones, los científicos elaboraron un índice de 159 países según la salud de sus instituciones en las categorías de corrupción, evasión fiscal y fraude político, considerados desde el año 2003 hasta el presente.