Emprendedores: Murad Al-Katib, entrepreneur del año

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A orillas del Mediterráneo y con postales que reflejan a un principado de Mónaco que parece casi de película, se reunieron 57 emprendedores, de 49 países, en el World Entrepreneur of the Year, evento que, desde 1986, organiza EY. Los representantes de cada nación viven el encuentro como una verdadera puesta a prueba de su modelo de negocios, ya que tienen que “defender” su empresa frente a un jurado compuesto, principalmente, por ganadores anteriores del certamen y representantes de la cultura emprendedora que tanto se busca promover.

El criterio bajo el cual se evalúa a estos empresarios incluye: espíritu emprendedor, performance financiera, dirección estratégica, impacto global o en la comunidad, innovación y, finalmente, la integridad personal, influencia y filantropía. Quienes compiten crearon desarrollaron negocios en industrias tan variadas como la ciencia, el espacio aeronáutico, la energía, la hotelería, la agrícola y hasta gimnasios.

Este año, el representante en Mónaco por la Argentina fue Marcelo Mindlin, empresario que desarrolló Pampa Argentina, firma del sector energético con una capitalización de US$ 4300 millones y 11.800 personas. Entre sus principales assets están Edenor, las operaciones que tenía Petrobras en el país y adquirió el año pasado, y la constructora Saced (antes, Iecsa, en manos de Ángelo Calcaterra, primo del presidente Mauricio Macri).

En los días previos a la definición, la intriga cobra protagonismo. El hermetismo que manejan los jueces no deja entrever a ningún favorito. En el Palacio de los Deportes, uno de los edificios más imponentes de Mónaco, y de riguroso black tie, se respira la ansiedad frente al resultado. Finalmente, de un sobre sale el nombre del ganador: Murad Al-Katib, entrepreneur canadiense que armó un imperio agrícola e industrial con foco en lentejas, garbanzos, porotos y arvejas, que factura más de US$ 1600 millones y produce más del 20 por ciento del comercio mundial de lentejas  (ver nota aparte). “Tenemos que reconocer que las proteínas deben estar disponibles para todos en el mundo”, declaró, emocionado, en su discurso de agradecimiento.