Estafa en China en torno al autobús gigante

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La policía de Pekín arrestó a 32 personas por recaudación ilegal de fondos destinados al proyecto del Autobús de Tránsito Elevado (TEB, por sus siglas en inglés), una propuesta para evadir los atascos en las pistas.

La idea futurista de un vehículo que eleva a los viajeros por encima de la congestión atrajo atención internacional rápidamente cuando fue presentada en mayo de 2016 en la Exposición Internacional de Alta Tecnología de Pekín, donde los visitantes pudieron observar un minúsculo TEB en funcionamiento.

Pero pocos meses después, creció la especulación de que no era más que una estafa para captar fondos y el proyecto fue descartado en junio.

En un comunicado, la policía dijo que estaban trabajando para recuperar los activos de los inversionistas.

Uno de los arrestados es Bai Zhiming, el director ejecutivo de 47 años de la empresa TEB Technologies, que también es el fundador de la compañía de financiamiento Huaying Kailai Asset Management.

Los otros 31 detenidos eran trabajadores de Huaying Kailai.

A los inversionistas se les había ofrecido ganancias del 12% si ponían dinero en el proyecto, pero los medios de comunicación chinos dijeron que había sido una manera de atraerlos para comprar productos financieros.

En China han ocurrido una serie de estafas en las que páginas web prometen grandes ganancias por el dinero invertido en nuevas empresas, un área ignorada por los bancos estatales del país.

Las dudas sobre el autobús -un vehículo eléctrico de 22 metros de largo, de casi 5 metros de altura y 8 metros de ancho- comenzaron a surgir cuando se suspendieron las pruebas programadas para después de la primera que se realizó, en agosto de 2016.

Muchos cuestionaban que el vehículo pudiera avanzar en las curvas o pasar bajo puentes. Los críticos preguntaban cómo doblaría en las esquinas o si era lo suficientemente fuerte como para soportar su propio peso y el de los pasajeros.

Otros observaron que el modelo utilizado en la prueba fue el mismo que habían presentado hacía seis años, cuando la idea surgió por primera vez en 2010, lo que sugería que no se había realizado ningún progreso técnico.

También hubo confusión sobre si el autobús había sido aprobado por las autoridades, pero el periódico Financial Times informó que el gobierno de Qinhuangdao, en la provincia de Hebei, en el noreste de China, donde iba a funcionar el TEB, había dicho que invertiría US$1.500 millones en el proyecto.

En junio, los medios de comunicación chinos informaron que la estación de prueba del TEB en Qinhuangdao había sido demolida.