Fábrica de aerogeneradores eólicos

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El ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, Lino Barañao, estuvo presente en la inauguración de la primera fábrica de aerogeneradores eólicos de Argentina con sede en la provincia de Mendoza. Acompañado por el gobernador Alfredo Cornejo, visitó las instalaciones de IMPSA, donde se presentó una nueva planta de aerogeneradores y una turbina de última generación.

Durante la inauguración se puso en marcha la nave Wind y se introdujo el generador IWP100.ar. Este equipo, diseñado en función de los vientos de la región, será más eficiente, requerirá menor cantidad de componentes y mantenimiento. En las instalaciones de IMPSA se fabrican maquinarias de generación eléctrica a partir de recursos hídricos, eólicos y se desarrollan piezas para equipos nucleares.

IMPSA remonta sus orígenes a 1907, cuando se dedicaba a la fabricación de repuestos de hierro fundido, equipos para la industria vitivinícola y compuertas para canales de irrigación. Siempre con sede en la provincia de Mendoza, en los años 80 logró proyección internacional a través de proyectos tecnológicos en Latinoamérica, Europa y Asia. Actualmente se aboca a proveer soluciones integrales para la generación de electricidad a partir de energías renovables, fabricación de equipos para la industria de procesos, y tratamiento de residuos.

En mayo último, el Gobierno Nacional lanzó el Programa RenovAr para la contratación de 1.000 megavatios de electricidad procedente de fuentes renovables, con el objetivo de reemplazar combustibles fósiles por energías limpias. La matriz planteada por el Ejecutivo se divide en 600 megavatios eólicos, 300 megavatios solares, 65 megavatios de biomasa, 20 megavatios de pequeños aprovechamientos hidroeléctricos y 15 megavatios de biogás.

De acuerdo a la cartera de Energía y Minería, esta medida le significará al país un ahorro aproximado de 300 millones de dólares al año en importación de combustibles para generación eléctrica. Asimismo, en materia ambiental se evitaría la emisión de casi dos millones de toneladas de CO2 (dióxido de carbono) a la atmósfera en forma anual, lo cual equivale a la contaminación producida por unos 900.000 autos.