Kenneth Dart pidió al juez Griesa el mismo trato que Paul Singer

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Dart, a través del fondo EM, integra la lista de los «me too», esto es, parte del universo de holdouts que tiene fallo a favor, pero que no obtuvieron la insólita orden con la interpretación de «tratamiento igualitario» de Griesa que sí tuvieron Singer, a través del fondo NML, Aurelius y otros trece inversores pequeños.

Esta interpretación que obtuvo Singer avala que los que tuvieron el fallo a favor de 1.300 millones de dólares actualizables (hoy serían 1.700 millones de dólares), lo cobren al 100 por ciento y antes que el resto que los bonistas de los canjes de la Argentina.

Dart fue el primer gran fondo buitre en litigar contra el país y presionó aún antes de conocer la oferta argentina: su primer fallo contra el país fue de cerca de 700 millones de dólares, y fue otorgado por Griesa unos días antes de que la Argentina anunciara los lineamientos de la reestructuración de deuda, en Dubai, en septiembre de 2003, que luego se plasmó en los canjes 2005 y 2010.

No sorprende que Dart haya aparecido recién ahora, tras haber pasado casi dos años del fallo madre el pari passu -de diciembre de 2012- que originó el caos financiero que impide a los bonistas del canje de deuda del 2005 y 2010 cobrar en tiempo y forma. La interpretación más intuitiva de esta conducta es que lo hizo por una cuestión de costos.

Darte es reconocido por excéntrico y avaro. A fines de 2002 presentó su causa y ganó una sentencia como se dijo arriba, pero que hasta el momento no tuvo posibilidad de cobrar. Al igual que Singer, Dart persiguió bienes argentinos en Estados Unidos, como las dependencias diplomáticas y más.

Con el paso del tiempo se dio cuenta de que la erogación de dinero en abogados era importante, por lo que EM se asoció a Elliott en distintas demandas contra el país por los bonos en default. Una de esas causas, entre ellas el juicio por la incautación de reservas argentinas, culminó de manera favorable para el país a mediados de 2012.

Luego de esa derrota, Singer prosiguió por su cuenta y cambió de estrategia, de la mano del lobbista Robert Cohen, y logró interpretación del pari passú de Griesa, que fue avalada por la Cámara de Apelaciones de Estados Unidos e implícitamente por la Corte Suprema de ese país.

Dart, en cambio, se mantuvo en retaguardia, y se quedó al margen de la contienda esperando ver el resultado de su competidor Singer.

Pasados casi dos años, el caso fue decantando, la Argentina quedó declarada en desacato por Griesa y el juez procedió a bloquear los pagos del país para impedir el cobro de los bonistas.

El gobierno argentino ya adelantó que durante el primer trimestre de 2015 intentará buscar una solución definitiva contra la amenaza de los fondos buitre, y mientras tanto se mantiene al margen de cualquier negociación para evitar la activación de la cláusula RUFO, y que la deuda Argentina se convierta nuevamente en una bola de nieve impagable.

Es por ello que Dart considera que ahora es el momento de volver a entrar en acción, lo que confirma por otro lado el planteo del gobierno argentino de que la solución no puedes ser sólo para el 1 por ciento de los holdouts (que abarca el fallo polémico) y sí debe contemplar también a todos los holdouts, que son casi el 8 por ciento de los bonistas que mantienen aún títulos de los 81.000 millones de dólares nominales que cayeron en default en el 2001.

La avaricia y excentricidad de Dart cobró fama cuando cambió su ciudadanía para intentar eludir el pago de impuestos en su país natal, Estados Unidos. Pero no lo logró, y hace más de 20 años que vive en las Islas Caimán.

En el país, Dart posee una fábrica en Pilar: Kenneth es dueño de Dart Container, que integra la lista Forbes 500 y que devino en la mayor fábrica del mundo de vasos de café descartables térmicos, con presencia en 17 países, gracias al invento patentado por su padre William Dart.

Hace poco, la AFIP detectó irregularidades en la planta local y logró que intervenga la Justicia para allanar el predio de Pilar, por presunta fuga de divisas. La forma de hacerlo era sobrefacturar costos a través de la importación exclusiva del material térmico de su casa matriz. Y luego intentaba ganar licitaciones y clientes en el mercado local apuntando una subfacturación de ventas, lo que le permitía además tener registradas además ganancias menores a las realizadas.

Ahora, en el tramo final del juicio, Dart reapareció y busca que se le reconozca lo mismo que a Singer, la posibilidad de cobro de su sentencia, actualizada, y antes que a los bonistas del canje.