La tormenta dejó dos muertos en California

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Una homeless y un niño se convirtieron en las primeras víctimas al fallecer el jueves por la caída de árboles como consecuencia de los vientos huracanados en el estado de Oregon, que también sufrió los efectos de la tempestad. La tormenta se desplazó durante la madrugada del viernes hacia el sur a las áreas de Los Ángeles y San Diego, donde el Servicio Nacional de Meteorología estadounidense emitió varias alertas por inundaciones.

Durante la madrugada cayeron en pocos minutos entre 2,5 y 5 centímetros de agua en la costa y el valle, y entre 5 y diez centímetros en zonas montañosas. En otros puntos de California se registraron hasta 35 centímetros. En las montañas de Sierra Nevada, en el centro del estado, cayeron unos 60 centímetros de nieve.

Los estragos de la tormenta también afectaron a Oregon y Washington, así como la costa pacífica de Canadá, donde más de 70.000 viviendas se quedaron sin energía tras caer más de 12 centímetros de lluvias. Los bomberos rescataron a una pareja que había caído al río Los Ángeles, tras ser informados de que dos personas habían trepado a unos árboles para no sucumbir a la fuerte corriente del cauce.

Los vecinos de unas 125 viviendas de Camarillo Springs, a un par de horas al oeste de Los Ángeles, fueron evacuados por el deslizamiento de piedras, que llegó a enterrar casi por completo varias casas. Los habitantes de Glendora, al este de Los Ángeles, también abandonaron sus hogares por los aludes de barro, debido a la vulnerabilidad de los terrenos tras los incendios que afectaron esta población hace poco, constató AFP.

El departamento de luz y agua del condado de Los Ángeles informó que tardaría unas 12 horas en restablecer el servicio a los 23.000 clientes afectados. La Compañía del Gas y la Electricidad del Pacífico (PG&E, en inglés) dijo a AFP que al menos 450.000 clientes del norte y el centro de California vuelven a tener luz desde el inicio de la tormenta el miércoles, lo que significa el 94% de sus clientes.