Las conclusiones del Juez Otranto por la Causa Maldonado

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Para el juez, se da por acreditado que Maldonado estuvo en la protesta mapuche del 1 de agosto en Leleque, Chubut, donde testigos dicen haber visto por última vez al joven artesano, a la vez que sostienen que fue secuestrado por la Gendarmería, que reprimió el corte en la ruta 40.

«Lo identifican tres personas. Y no tengo elementos para dudar de que haya estado allí», señaló.

Sin embargo, Otranto no cree en las versiones que circularon en los últimos días. «No veo elementos que me permitan sostener que pudo haber sido herido de gravedad por un disparo a corta distancia o una piedra, por uno o más gendarmes», sostuvo.

«La hipótesis de la piedra o de un disparo con posta de goma no debió haber incidido en que Santiago no hubiera podido cruzar el río. Los gendarmes dicen que todas las personas que persiguieron en el río terminaron de cruzarlo. Si bien un disparo a corta distancia puede ser mortal, el tema es que en ese lugar el proyectil de goma pierde efectividad de acuerdo con el terreno y las ramas. Darío Zoilán dice que no disparó al cuerpo, sino a 45° hacia el suelo, como los instruye la fuerza. Y lo hizo con efecto intimidatorio, ya que no sabía si podía ser atacado desde algún flanco que no veía. En ninguna de sus declaraciones dice que disparó contra una persona. Igual hay que evaluar el tema de la efectividad. Él hizo referencia a que entre sauces un disparo tenga consecuencia letal», apuntó.

Y además contradice a los testigos: «A Santiago Maldonado lo capturaron o se ahogó en el río. Un río de Patagonia es un río complicado. No es una opción descabellada o que haya que descartar sin hacer un rastrillaje profundo de ese río. No le encuentro consistencia a la versión de que fue capturado por la Gendarmería. Tampoco veo elementos que me permitan sostener que pudo haber sido herido de gravedad por un disparo a corta distancia o una piedra, por uno o más gendarmes».

«A partir de las declaraciones testimoniales se está determinando cómo fue la actitud de los gendarmes. Falta algún testimonio más, pero tengo un panorama mucho más claro. No lo puedo adelantar, ya que necesito terminar de producir la prueba, escuchar a las partes que aleguen sobre ésta y de ahí tomar una decisión. Sí estoy en condiciones de afirmar que el ingreso de Gendarmería, y lo que pasó en esos minutos cruciales, está mucho más claro. No creo que un exceso explique la desaparición», añadió.

«Declararon 20 gendarmes. Que todos se hayan puesto de acuerdo es poco probable. En algún punto las diferencias de visión y de datos surgen en una testimonial, no lo descarto. Pero no estoy encontrando nada que me esté haciendo sospechar que hay un armado previo en sus declaraciones. Las testimoniales tienen un valor importante, pero hay otra prueba: por el lado de la fiscalía están haciendo peritajes en celulares y PC. Si hay inconsistencias, deben compararse con los análisis de esos elementos, que hace la fiscalía en la investigación penal. Eventualmente se puede requerir para cotejarlos con las versiones que nos estén dando los gendarmes. No he tenido acceso, porque será la fiscalía con sus conclusiones y pruebas la que eventualmente me pida a mí alguna indagatoria, detención o allanamiento», agregó.

Otranto se refirió a la importancia de los cotejos de ADN: «Hubieran tenido una importancia determinante si hubieran dado positivo. Es un elemento de mucha importancia que con la cantidad de muestras dactilares y de ADN no haya surgido ningún rastro positivo que nos haya hecho pensar que Santiago Maldonado haya estado en alguno de esos móviles».

Asegura además que la ausencia de Santiago se cimentó en un relato que «no cierra por ningún lado». Sospecha que le plantaron evidencias. Les demanda a los organismos de derechos humanos que en vez de criticar la investigación, acerquen a los testigos presenciales, a los que -dijo- les brindó amplias garantías de que no serán usadas sus declaraciones para imputarlos en la causa penal que él instruye por el corte de la ruta 40.

«No diría que se armó un relato. Faltaba uno, pero a partir de ahí sí encuentro fisuras. No concuerdan los elementos en que podía haber sido capturado. Hay algo en el relato que no está bien. No cierra. Sí que les faltaba uno. Lo que pasa es que tenemos muy pocos testigos. Por eso insisto en que vengan los testigos presenciales. Hay un ofrecimiento para que se acojan al programa de Verdad y Justicia, para acompañar a los testigos o víctimas de violaciones de los derechos humanos, para que puedan comparecer con determinados recaudos a las instancias judiciales. Lo que necesito son los nombres, saber quiénes son para convocarlos. Y necesito la colaboración de la comunidad y de los organismos de derechos humanos. Pero los nombres no están, no me los han dicho, los pedí, hay un tema muy serio con la falta de información que yo pido y es algo que estoy evaluando. No puede ser que se retacee información. En el marco de una declaración testimonial es delito. Se lo advertí a todos los que fueron viniendo, incluso a los gendarmes. Cuando en una declaración yo pregunto algo, me lo tienen que decir. Y si no lo hacen, me están ocultando información y eso es delito», afirmó.