Los violadores han sido, y siguen siendo una banda de culto. Reconocida como la primera en abordar e introducir el movimiento y la música punk en Sudamérica, allá por comienzos de la década del 80, ha ido ganándose el respeto, no solo de sus adeptos, sino también, de toda la escena que roquera en general.
Luego de largos años, y muchos desencuentros, idas y vueltas, los cuatro (4) emblemáticos integrantes, decidieron juntarse y, habiendo limado asperezas, anunciaron lo que mas adelante terminaría siendo el reencuentro de la formación original. Con motivo de la conmemoración del 30 aniversario de su disco “Y ahora que pasa, eh?”, Pil Traffa, Stuka, Sergio y “el polaco”, hicieron vibrar a un Luna Park (Luna Punk, se lo llamó simbólicamente para dicha ocasión) que lució colmado. Un recital que, en teoría, iba a ser el único (en nuestras tierras, ya que, habría otros tantos en algunos países latinoamericanos).
Casi un año después de aquel acontecimiento épico, volvieron a hacer de las suyas. El teatro de Flores dio una nueva oportunidad para la emoción, la nostalgia, y tantos otros sentimientos encontrados, para todos los que se habían perdido “el reencuentro”, y también, para los que aprovecharon y decidieron que (obviamente) valía la pena presenciarlo una vez más. Algo similar, ocurriría apenas siete (7) días después, en el Vorterix.
Pero “los viola”, fueron por mas, y llevaron su espíritu combativo, siempre latente, al “Cosquin rock”.
El 24/4/2016, marcó un antes y un después. Miles de almas volvieron a nacer, a sentir esa vibración y adrenalina que recorría sus cuerpos casi tres (3) décadas mas atrás, y para otros, la posibilidad de presenciar ese hecho histórico, que en algún momento, parecía ser imposible de repetirse. Pero, cada uno de los conciertos subsiguientes, y con tan poca diferencia entre si, en lo que a tiempo ser refiere, genera que mas de uno se pregunte: “¿Se habrá producido la vuelta de los violadores?”. Al menos, da el pie para pensar, por que no, en próximas fechas. Resulta difícil imaginar que se detengan, sin antes pisar el suelo de ciudades importantes como Rosario, y alguna del interior, quizás.
El recuerdo de cada segundo vivido en alguno de los mencionados conciertos, perdurará por siempre. Pero, nada impide ilusionarse con algo más. Letras que marcaron una época, y aun hoy, siguen vigentes, reflejando una parte de las vivencias de nuestro país.
Un día, Los Violadores volvieron.
¿La leyenda continuará?
La pregunta queda abierta…
Federico Campos
