Pirotecnia: una tortura para los chicos con autismo

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La pirotecnia constituye «una tortura» para las personas con autismo y tiene el impacto de una «catástrofe», aseguraron especialistas del Instituto San Martín de Porres, y reclamaron que se acote su uso para ayudar a quienes presentan una mayor «vulnerabilidad».

El coordinador terapéutico del Instituto, Claudio Hunter Watts, dijo en un informe que «los estruendos de petardos son para las personas que padecen autismo lo más parecido a una catástrofe».

«Cuando se aproximan las fiestas de fin de año en las redes sociales proliferan las campañas sobre lo que sufren perros y otras mascotas por los petardos y fuegos artificiales, lo cual es muy loable, pero también es necesario difundir que para las personas con TEA (Trastornos del Espectro Autista) la pirotecnia es una verdadera tortura», sostuvo.

Asimismo, dijo que las personas con autismo «tienen la necesidad de un orden y regularidad», por lo cual «los ruidos, los gritos que alteran su ambiente les perturban en extremo, ya que se incrementa su nivel de cortisol en sangre, se ponen muy tensos, generando conductas estereotipadas, repetitivas, agresivas».

Hunter Watts elogió una ordenanza del Concejo Deliberante de Concordia que prohíbe el uso de pirotecnia en esa ciudad de Entre Ríos, aunque la norma, aprobada a principios de noviembre pasado, recién entrará en vigencia en mayo próximo para no perjudicar a los comerciantes que adquirieron elementos de pirotecnia para estas fiestas.

El especialista llamó a la sociedad a que «acote su cuota de desenfreno pirotécnico pensando en las personas más vulnerables, cuestión también de que el número de lesionados por petardos pueda reducirse, alguna vez, a cero».