Recordando a un pionero y emblema en todo aspecto. 15 años sin Dee Dee Ramone

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Douglas Colvin, el cual era su verdadero nombre, no solo fue uno de los fundadores de la banda que sería pionera de la música y el movimiento punk, sino que además, fue uno de los pilares fundamentales de dicha formación.

Dee Dee fue la voz que se oyó por primera vez en dicho grupo, pero le resultaba dificultoso poder cantar y tocar su bajo al mismo tiempo. Así fue como terminó haciéndose cargo del bajo, dejando su lugar en el micrófono a Joey.

El nombre del cuarteto, que también conformaban Johnny y, por aquel entonces, Tommy (mas adelante sería Marky quien tocara la batería) viene de la gran admiración de Douglas por los Beatles (McCartney usaba el nombre “Ramone” cuando se hospedaba en algún hotel).

Otra de las cuestiones que se le atribuye al nacido en Virginia, es el “empuje”, por llamarlo de alguna manera, que siempre puso a favor de la banda. Esto, principalmente, data de las diferencias más que manifiestas que había entre Joe y John, siendo el propio Dee Dee el que terminara en el rol de “intermediario” y propulsor de que el grupo siguiera a paso firme.

De echo, también fue el compositor de muchos temas, de los cuales, varios son de los mas reconocidos y recordados de todo el repertorio “ramonero”. El caso, por ejemplo, de “Commando” y Poison Herat”.

Un aspecto, quizás efímero, para los “de afuera”, pero muy valorado y aclamado por el publico gustoso de aquellos sujetos que lucían camperas de cuero, es el típico “one, two, three, four…!”, grito que salía (por lo general, de manera desaforada) de la boca de Dee Dee antes de empezar algún tema, el cual, se transformó en un clásico, y el fue el propulsor.

Tras dejar la banda en 1989 (C. Jay tomó la posta para tocar el bajo), y una incursión por el mundo del pop, mas tarde, Dee Dee formó “The Ramainz”, junto con Marky y su novia Argentina, Bárbara Zampini. Justamente, su relación con esta ultima, llevó al legendario Ramone a vivir en suelo argento por un tiempo. El barrio de Banfield, fue más precisamente, quien lo cobijó.

Dee Dee tenía una adicción muy fuerte a la heroína, y fue aquello, lo que terminó con su vida, un fatídico 5 de Junio de 2002.

Otro héroe, prócer de la historia del rock, y sobre todo, de la escena punk, al que toca recordar en un nuevo aniversario de su partida.

La emoción se apega a uno, al igual que cuando escucha su bajo sonar, u observa cara adornada con el flequillo que tanto lo caracterizaba.

Un enorme y desgarrador “one, two, three, four…!” y que empiece a sonar uno de los tantos temas que propulsó junto al resto de la banda.

Federico Campos