River ganó, pero no le alcanzó

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Al Millonario le costó pero venció a Quilmes por 1-0 gracias al gol de Carlos Sánchez sobre el final del complemento. El encuentro disputado en el estadio del “Cervecero” fue suspendido a los 42’ de la segunda etapa por el árbitro Patricio Loustau por los desmanes ocasionados en la tribuna local. El partido también marcó la despedida del fútbol de Rodrigo Braña.

River llegaba dulce a la definición del certamen local. Festejando aún la obtención de la Copa Sudamericana del miércoles, la visita a Quilmes lo tenía con expectativas de dar la vuelta, aunque necesitaba la ayuda de Godoy Cruz en Avellaneda para dar otra vuelta, o al menos, forzar un desempate con Racing. Cumplió su parte, pero los mendocinos hicieron poca fuerza en el Cilindro y los de Diego Cocca se llevaron el campeonato.

River salió a obtener el resultado que le daba chances desde el minuto cero: presionó, jugó en campo rival, asumió el compromiso del espectáculo y garantizo que el arquero del Cervecero se mantenga atento. Por el contrario, Quilmes se preocupó por mantener la valla invicta y cruzar la mitad del terreno con la pelota bajo control en todo momento fue una odisea. Sin embargo, a los de Gallardo le falto frescura para romper la línea defensiva propuesta por el debutante en el banco, Marcelo Pontiroli, y terminó repitiendo la formula del centro en busca de alguna cabeza salvadora. Leonardo Pisculichi y Carlos Sánchez fueron lo más claro de un primer tiempo con altibajos.

El complemento arrancó con la misma sintonía, pero el que tuvo la primera clara fue Quilmes tras un pelotazo largo para Adrián Fernández, que solo contra Marcelo Barovero, perdió el duelo.

 Llegaron las noticias de que Racing se había puesto en ventaja y River salió desesperado a buscar el gol que le diera la ilusión. Rodrigo Mora tuvo la más clara tras una gran asistencia de Cavenaghi, pero Sebastián Martínez le ahogo el grito de gol sobre la línea luego de que el uruguayo se la picó a Walter Benítez.

Gallardo mandó a Sebastián Driussi y Giovanni Simeone a la cancha por Augusto Solari y Fernando Cavenaghi, respectivamente, en busca de las soluciones que el desarrollo no le daban. A poco del final, la presión y la insistencia del Millonario dieron resultado: el uruguayo Carlos Sánchez desenfundo un misil desde afuera y la clavó en el segundo palo del arquero Cervecero.

Lamentablemente, a tres minutos del final, los simpatizantes de Quilmes produjeron incidentes (evitables si el accionar de la policía hubiera sido idóneo en el cacheo) que culminaron en la suspensión de partido por parte del árbitro Patricio Loustau.

Mas allá de la no haber obtenido el certamen local, es para aplaudir lo hecho por los de Marcelo Gallardo, puesto que obtuvieron la Copa Sudamericana (con el plus de haber dejado en el camino a Boca) y pelearon en el ámbito local hasta los minutos finales con un plantel corto y sin grandes refuerzos. En tanto, Quilmes cerró otra campaña nefasta: terminó en la última posición y para el futuro perdió a un jugador clave como Rodrigo Braña que se despidió del fútbol.