Suecia vuelve al Servicio Militar Obligatorio

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Después del fin de la guerra fría y a lo largo de las décadas de 1990 y 2000, Suecia redujo fuertemente su gasto en defensa y militares porque creía en un mundo más pacífico. La tendencia culminó con la desaparición total de la conscripción en 2010.

Eso es lo que hace que sea tan sorprendente la decisión que tomaron los suecos ayer de reiniciar el reclutamiento, pero esta vez recibirán mujeres y varones.

«Había cierta inocencia en el mundo sobre lo que estaba pasando en Rusia. Había muchos países y personas en el servicio exterior que no querían ver lo que realmente había sucedido, las señales de cuando Rusia potenció sus capacidades», señaló hace poco el ministro de Defensa de Suecia Peter Hultqvist, a Financial Times.

Sin embargo, la reincorporación del servicio militar a partir del inicio del año próximo es sólo una de una serie de medidas que ha tomado el gobierno de centroizquierda en Estocolmo durante los últimos años mientras se propone adaptar sus debilitadas fuerzas de defensa a la creciente amenaza que significa Rusia.

Los sucesivos gobiernos que ha tenido Suecia estaban convencidos de la idea de un «dividendo de la paz» que había dejado el final de la Guerra Fría. Si bien sus vecinos Finlandia y Noruega mantuvieron la conscripción y una mirada cauteloso sobre Rusia, Suecia cerró las bases y redujo sus capacidades en áreas como guerra antisubmarina.

En 2012, el comandante en jefe de las fuerzas armadas de Suecia admitió que podían resistir por si solos apenas a un reducido ataque que se extienda sólo durante «cerca de una semana».

Suecia salió de su letargo recién después de una larga serie de provocaciones provenientes de Rusia.

Una de las primeras se produjo cuando Rusia simuló un bombardeo contra una base militar en el sur de Suecia y un cuartel general de la agencia de inteligencia durante la Semana Santa de 2013. Ningún avión sueco pudo reaccionar porque el ejército nacional fue sorprendido sin preparación.

La anexión de la península de Crimea por parte de Rusia a principios de 2014, sumada a una búsqueda algo ridícula a fines de ese año de un submarino extranjero en aguas que rodean Estocolmo finalmente inclinó la balanza.

El gobierno aumentó levemente el gasto en defensa e hizo algunos movimientos simbólicos, como volver a enviar tropas a Gotland, una isla estratégica ubicada en el medio del Mar Báltico. El regreso del servicio militar quizás sea la medida más visible y se calcula que habrá 4.000 nuevos reclutas en 2018 y otros tantos en 2019.

Pero sigue habiendo grandes interrogantes sobre la política de defensa que se aplica en Suecia, que militarmente es no alineada. El actual gobierno sueco está rotundamente en contra de entrar a la OTAN pero en un sorprendente cambio para un país que hace tiempo promociona su neutralidad, los cuatro partidos de centroderecha de la oposición quieren formar parte de la alianza militar.

El gobierno y la oposición están trabados en un debate sobre si la victoria presidencial de Donald Trump en Estados Unidos fortalece o debilita el argumento para incorporarse. Es probable que sea uno de los principales temas de discusión durante las próximas elecciones parlamentarias del año que viene justo cuando los primeros conscriptos nuevos estén ya entrenando.