Juan Tinelli, un ingeniero mendocino ligado al vino y a la producción de aceite de oliva, falleció hace cuatro años sin saber que iba a ganarle un juicio al conductor de TV Marcelo Tinelli.
Los herederos del productor agrícola obtuvieron una sentencia a su favor para mantener la marca Tinelli que venían usando desde hace más de 20 años con productos agrícolas.
Todo empezó cuando Juan registró la marca “Tinelli” en el rubro alimenticio. El conductor se opuso argumentando que podía generar confusión por su notoriedad pública, y en una primera instancia, la Justicia le dio la razón. Ahora, la Sala I de la Cámara en lo Civil y Comercial Federal consideró que tienen “igual derecho” al registro del nombre propio tanto Juan Tinelli como Marcelo Hugo Tinelli. “Ni las marcas que llevan su nombre y apellido, ni la repercusión de su trabajo, tienen tal envergadura que deba admitirse que su nombre y apellido o también solo su apellido sean ‘notorios’ para repeler cualquier acción de registro en una clase diferente de la que sea titular marcario”, argumentaron los camaristas.
Paradójicamente, la aceitera Tinelli dejó de producir el año pasado, golpeada por los bajos precios de la aceituna y complicaciones para exportar. Estaba radicada en Maipú y exportaba la mayor parte de su producción a Estados Unidos. Pero el continuador de los negocios familiares, el empresario gastronómico Darío Tinelli buscaría reflotar la marca con nuevos productos.
En Mendoza, el apellido Tinelli está ligado al vino. Juan se casó con René Pulenta, hija de uno de los fundadores de Peñaflor y Trapiche. Era ingeniero civil y trabajó de las bodegas Peñaflor. Cuando la familia Pulenta vendió ese imperio del vino, Juan se dedicó a desarrollar sus propios productos: frutas, verduras, conservas y aceite de oliva.
Julieta Retamar
