Triunfazo de Rosario Central ante Independiente

0

En Avellaneda, los de Coudet se impusieron con claridad por 2 a 0 ante el Rojo, que dejó entrever más dudas que certezas en cuanto a funcionamiento. Larrondo, de penal, y Aguerre marcaron los goles del Canalla, que es líder de la Zona 1. Los de Pellegrino, que fueron silbados en varios tramos por sus hinchas, no levantan cabeza y el domingo reciben a Racing en el clásico de la fecha.

Simple, práctico, convincente y letal. Son todos los argumentos que se le pueden endilgar a Rosario Central, que fecha tras fecha suma de a tres y se perfila como uno de los candidatos a quedarse con el certamen. Le tocó a Independiente, en Avellaneda, padecer la jerarquía de los rosarinos y caer por un justo 2 a 0, que lo dejó hundido en un mar de dudas de cara al clásico con Racing.

Los de Coudet comenzaron a edificar la victoria desde el minuto inicial. Le salió a jugar de igual a igual al Rojo (pocos conjuntos quieren el protagonismo en tierras ajenas) y fue quien marcó el ritmo de una primera etapa que no tuvo demasiadas situaciones cerca de los arcos. Los de Pellegrino pudieron haber cambiado el trascurso de la historia con el remate de Benítez que pegó en el palo. Más allá de esto, a los de Avellaneda le sigue faltando juego y la ausencia del Cebolla Rodríguez se siente cada vez más.

Las emociones llegaron en la segunda etapa y fueron las dos para Central. Primero, Larrondo desde los doce pasos (Toledo enganchó la pierna de Álvarez en el área) ajustició a Rodríguez para poner la ventaja. Con Independiente lanzado al ataque, los rosarinos ensayaron una contra perfecta y mediante Aguerre estiraron a ventaja y le pusieron cifras definitivas al partido. Pese a los intentos del local, el 2 a 0 fue un resultado más que justo.

Con el triunfo, los de Coudet mantienen puntaje perfecto y se ubican en lo más alto de la Zona 1 con nueve unidades. Por su parte,  el Rojo entró en una meseta, hace dos cotejos que no gana y el sábado tendrá que ganarle si o si a Racing en el clásico para no perder el tren de la ilusión de alzarse con el título.