120 años del celebre “Moe”

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Seguramente, el nombre de Moses Horwitz, no les diría nada. Moe Howard, tal vez podrían asociarlo, en algún punto, vagamente.

Pero si, simplemente, oyen la palabra “Moe”, inevitablemente, se viene a la mente una única persona.

El primero, era su nombre real. El otro, fue el que el escogió como su nombre artístico. Pero todo el mundo lo conoció como “Moe”, el de Los tres chiflados.

Este mencionado sujeto, nacido a fines del siglo XIX (1897), en New York, siempre tuvo una inclinación, y devoción, por lo que era la actuación. Dedicándose siempre a aquello, no fue sino hasta 1934, cuando formó parte de aquel trío, producido por “Columbia”, que llegaría a lograr una fama inimaginable. En un comienzo, los integrantes eran los hermanos, Shemp, y el propio Moe, acompañado del personaje de “Larry”. Luego, fue el turno de Curly (hermano menor de la familia Horwitz), quien resultó incluso, más divertido, y también más recordado por la audiencia, que el propio Shemp.

Recién en el año 1958, “The three stooges” (como era el nombre en Ingles), llegó a la televisión, en donde conseguiría mas fama y mas repercusiones, sobre todo por el lado de los mas jóvenes.

Moe siempre uno de los favoritos, y de los más llamativos para la audiencia. Su papel de “mal llevado”, sus caras y emociones de enojo, y los reiterados e incansables golpes a sus compañeros en la tira (principalmente a Curley, quien solía hacer muecas graciosas al ser abofeteado), lo convirtieron en uno de los principales y mas aclamados.

A diferencia de sus hermanos mas chico, y del propio Larry, Moses llevaba una vida mas ordenada, y de hecho, era la pieza fundamental del trío, a la hora de negociar por el producto. Ninguno del elenco pudo hacerse de lo que llamaríamos (y muchos especularían), una gran fortuna, con un producto tan comercial que hasta el día de hoy, sigue generando risas y admiración. Con poco, se abrieron camino a la fama, y como ya dijimos, el muchacho del flequillo, fue uno de los estandartes.

Moe murió a causa de un cáncer de pulmón, poco antes de cumplir sus 78 años.

Su recuerdo, como el del resto de los protagonistas, perdura.

Escenarios tan simples, como a su vez, en situaciones descabelladas. La carencia de efectos especiales (tan comunes  y fundamentales en la actualidad). Enojos, golpes, tonteras, y reacciones totalmente alocadas. Todo eso, en la época de la TV en blanco y negro.

Inolvidables, adorados. Así se los recuerda.

Y a uno en especial. Quien (en su personaje ficticio), seguramente, tendría una bofetada como respuesta ante este articulo.