El 20 de marzo se cumplieron 35 años de la vez que Luca Prodan se presentó ante el público argentino con su ingenio habitual. Junto a Los Violadores y Riff, comenzarían los festivales que reunían a las principales bandas de rock de la época.
“Para que sepan, Pappo es mi amigo y le juego una carrera tomando ginebra cuando él quiera”, desafío en tono de broma un pelado de acento italiano a una multitud de rockeros que coreaban el nombre del Carpo. Era el 20 de marzo de 1982, antes del estallido de la Guerra de Malvinas, cuando se realizó el festival “Rock del sol a la luna”, en la cancha de Estudiantes de Caseros, evento del que participaron las bandas más trascendentales de la época como Riff, Sumo, Violadores, Los Abuelos de la Nada y Memphis la Blusera, una costumbre durante la década del ochenta.
En ese contexto tan heterogéneo de heavys, punks y hippies, fue el gran debut del grupo liderado por Luca Prodan, ese personaje carismático que desde el primer momento supo ganarse el respeto del público más revoltoso de aquel entonces. Más tarde demostraría todas las cualidades artísticas que lo convertirían en referente de una generación que se identificó con él a pesar de que era un europeo que venía a Argentina para dejar a tras su adicción a la heroína.
Es que Luca era un adelantado que trajo consigo aquellos conocimientos casi desconocidos en el país. Mientras en Buenos Aires el reducido pero incipiente movimiento punk daba sus primeros pasos, él ya tenía una mirada crítica respecto a esa sub cultura gracias a su experiencia en Inglaterra. Razón por la cual cantaba de manera irónica: “un pseudo punkito con el acento finito quiere hacerse el chico malo”, dedicado Los Violadores, banda que resistió la violencia estatal de la última dictadura militar, pero que para el punto de vista del italiano no eran tan marginales como los Sex Pistols o The Clash, grupos surgidos de un sector de la sociedad mucho más excluido que los argentinos.
Aquella tarde del show, en realidad era la tercera vez que los Sumo hacían de las suyas en el escenario, aunque las dos veces anteriores solo contaron con familiares o amigos como espectadores. La formación de ese día fue con Germán Daffunchio en guitarra, Alejandro Bocha Sokol en bajo, Stephanie Nuttall en bateria y Luca Prodan en la voz.
Luis Gimenez
