Alerta por el aumento del consumo de alcohol y energizantes en adolescentes

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Estudios revelan que el el 67% de los estudiantes probó la mezcla. Esta combinación puede provocar shocks cardíacos y hasta el coma.

Un estudio a cargo de Sedronar arrojó un llamado de alerta en torno al aumento del consumo de alcohol y energizantes en los sectores más jóvenes de la población. Si bien éstos son de venta libre y sirven como estimulante para quitar la fatiga, su mezcla con el alcohol puede ser mortal, en muchos casos.  Según el informe,  el 67% de los estudiantes secundarios (dos tercios del total) ya lo probó alguna vez en la vida.

Los energizantes «suelen mezclarse con vodka, champán y algunos licores. Las bebidas estimulantes se combinan con bebidas alcohólicas que son depresoras y cada una de ellas obtura los síntomas de intoxicación. Por eso, se llega a intoxicaciones más severas combinándolas», informó Mónica Nápoli, médica toxicóloga del Hospital Santojanni, quien además alertó que «los daños cardiológicos y neurológicos son más sensibles en los menores de 14 años porque su metabolismo todavía está en formación».

De acuerdo con un reciente estudio publicado por Infobae, se advirtió que el alcohol es la sustancia psicoactiva más consumida entre los sectores secundarios (70.5%),  seguido por las bebidas energizantes (67,5%), el tabaco (35,8%) y la marihuana (15,9%).

Por su parte, otro estudio complementario sobre el tema,  indica que «más de la mitad del consumo de energizantes del país se concentra en Buenos Aires. En el último año, el 38,3% de la compra se concentró en Capital y el Conurbano, y otro 17,3% en el resto de la Provincia». Ya que se trata de una bebida de venta libre, en la mayoría de los casos, la gente las compra en almacenes, supermercados y kioscos.

Finalmente, los especialistas alertan en torno a las consecuencias de la ingestión de esta mezcla en los adolescentes y detallan que «todo el cuerpo se ve afectado con el consumo previo a esa edad: cerebro, corazón, páncreas e hígado ya que el adolescente no tiene previsión de riesgo. Si el consumo se potencia además con bebidas alcohólicas «el resultado es un desastre», concluyen.