Allanamiento positivo en la casa de los Tuiteros terroristas

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Efectivos de las unidades de Ciberterrorismo de la Policía Federal y Cibercrimen de la Policía Metropolitana allanaron la casa de Miguel de Paola, uno de los tuiteros que amenazó con atacar la Casa Rosada por Twitter. Tras el operativo en la calle Aconcagua al 1600 de la localidad de Martín Coronado, secuestraron una escopeta calibre 12 que no tendría los papeles de tenencia y portación de arma. Además, se llevaron computadoras, celulares y tablets.

El chico de 21 años y el compañero con el que habría publicado las amenazas, Walter Joel Ovejero, declararon este lunes ante la jueza María Servini y seguirán detenidos. Roberto Damboriana, abogado de Ovejero, afirmó que su cliente es inocente y señaló que pidió su excarcelación. Los jóvenes quedarán alojados en la Unidad 28 a la espera de que se resuelva su situación procesal.

Los tuiteros fueron detenidos el sábado y están acusados de «intimidación pública» por haber publicado tuits en los que señalaban como blancos de ataques terroristas al presidente Mauricio Macri, la línea «B» de subte, y el shopping Abasto. Las amenazas se publicaron el viernes con el hashtag #PrayForArgentina (recen por Argentina) y daban datos sobre la supuesta facilidad que podrían encontrar grupos terroristas para atacar distintos objetivos en la Ciudad.

Damboriana dijo esta mañana que su cliente no escribió esas intimidaciones. «Él no escribió los tuits ni abrió la cuenta», aseguró en diálogo con Radio Belgrano. Según el letrado, las publicaciones no se hicieron desde la computadora de su defendido.

También, sostuvo que la familia de Ovejero aseguró que el chico no tiene ningún vínculo con el terrorismo y consideró que la figura de intimidación pública «le queda grande a esta causa». Según el abogado, su cliente estaba trabajando en el momento en que se escribieron los mensajes.

El día de la detención Nora Donda, la mamá de De Paola, descartó que los tuiteros tengan vinculación con fanáticos islamistas y afirmó que se trató de «una irresponsabilidad de dos estúpidos que no tenían nada que hacer».