Al menos 44 personas murieron y otras 67 resultaron heridas en dos atentados explosivos perpetrados por Boko Haram en Jos, centro de Nigeria, informaron hoy las autoridades.
El doble atentado suicida fue cometido el domingo a la noche en un restaurante y una mezquita casi al mismo tiempo.
Un sobreviviente contó a la policía que la bomba explotó en el templo de Yantaya cuando el imán, conocido por sus posturas tolerantes, hablaba a los fieles de la importancia de la convivencia pacífica entre las religiones.
La segunda detonación golpeó el restaurante Shagalinku, frecuentado por gobernadores del Estado, políticos y personas adineradas.
Sabiu Bako, un sobreviviente, contó haber comprado un almuerzo «tale away» y haber escuchado un ruido aterrador minutos después de haberse alejado del lugar. «El restaurante estaba en ruinas y mucha gente cubierta de sangre», contó, atónito de haber «sido tan afortunado».
El pasado domingo una mujer detonó el explosivo que llevaba adosado a su cuerpo en una mezquita en una ciudad del norte del país, matando a otras cinco personas.
Derrotado militarmente en terreno, erradicado de sus bastiones y escondites por la ofensiva militar, a la cual participaron países vecinos como Chad, Níger y Camerún, los terroristas de Boko Haram cambiaron de estrategia.
Tras haber declarado meses atrás la fidelidad al Estado Islámico y a su «califato», el grupo armados no tiene capacidad para cumplir con la «limpieza étnica-religiosa» contra los poblados cristianos de modo sistemático. Boko Haram, que significa «la educación occidental es pecaminosa» en idioma hausa, lucha por establecer un Estado islámico en Nigeria y en 2014 mató a más de 10.000 personas.
Recientemente, los milicianos mataron a más de 200 personas en una cadena de atentados en la región y el presidente francés, Francois Hollande, se ofreció para acoger una nueva conferencia para coordinar la respuesta contra el grupo.