El boom de los micro-departamentos en Buenos Aires

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El mercado de los departamentos porteños se reinventa y, ahora, le permite a quienes buscan independizarse de la casa familiar o a quienes buscan una oportunidad de inversión una nueva opción: los micro-departamentos, unidades desde 18 y hasta 30 metros cuadrados.

«Un monoambiente en, por ejemplo, el barrio de Almagro, cuesta entre US$ 75 mil y 80 mil. Y un micro-departamento está en US$ 55 mil y viene totalmente equipado, con cama, muebles de cocina y sillón incorporado», explicó Pablo Brodsky, director comercial de Predial Propiedades, la desarrolladora que, para fin de año, promete tener 13 edificios sólo de este tipo de unidades en la Ciudad de Buenos Aires.

La idea del micro-departamento es que los jóvenes que quieren independizarse y vivir cerca de los lugares más atractivos para divertirse puedan seguir estando en esa zona de influencia, pero sin tener que pagar por una propiedad en la que no estarán en gran parte del día.

«Esto es un invento japonés, que surge en Asia porque no tienen tanto espacio. Incluso ahora son furor en Estados Unidos y Canadá. Y como es caro vivir en Nueva York, Vancouver o Chicago, se tiende a estos inmuebles porque estás cerca de todo, tenés espacios de co-living para estudiar o trabajar y conocer gente, parrilas, jacuzzi y hasta micro-cine», aseguró Brodksy. Las expensas, según contó, rondan los $ 700.

Mientras tanto, los inversores están mirando estas unidades como una oportunidad de inversión. «A un alquiler de un departamento estándar hoy le sacás, en promedio, entre un 3 y 4 por ciento; y de un micro-departamento podés lograr entre un 7 y un 8 por ciento», afirmó y agregó: «Con los micro-departamentos tenemos un cliente que es consumidor final pero mucho inversor, que lo ve como ‘una caja de seguridad para guardar la plata'».

Para quien puede pensar que los micro-departamentos son demasiado chicos, Brodksy explicó que «está pensado para el que pide delivery –la unidad incluye horno y anafe eléctrico- y solo se queda en la casa para mirar Netflix». La cama, rebatible en la pared, y la mesa para comer, con rueditas para quitar del paso, son parte del mobiliario pensado para ganar espacio en los pocos metros del inmueble.