Cameron echará a los europeos que no consigan trabajo en seis meses

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El primer ministro David Cameron presentó el viernes la serie de medidas con las que pretende frenar el aumento de la inmigración europea en Reino Unido, empeño en el que, como demuestra el 43% más de inmigración neta, su Gobierno ha fracasado estrepitosamente. Su propuesta no incluye un cupo a los inmigrantes de la golpeada eurozona, pero impone durísimas restricciones a los ciudadanos europeos que vengan a Reino Unido a trabajar.

Cameron propone expulsar a aquellos inmigrantes comunitarios que no hayan conseguido empleo en un periodo de tiempo determinado. O, mejor dicho, tratar de que vengan sólo con un contrato de trabajo. “Si un ciudadano de la UE no ha encontrado empleo en seis meses, se le invitará a abandonar el país”, imperó. “Vamos a ser claros –añadió- hoy, el 40% de los que vienen a trabajar a Reino Unido no tiene una oferta de trabajo cuando llega. Muchos de ellos ya no vendrán”.

Los inmigrantes europeos deberán trabajar durante cuatro años antes de poder recibir determinados subsidios. Se refería a aquellas prestaciones que completan los ingresos de una familia cuando estos están por debajo de un límite determinado, a las ayudas para la vivienda y a las ayudas por hijos. En este último caso, Cameron aseguró que, incluso después de los cuatro años, los trabajadores no recibirán dinero público por hijos que residan en otros países.

El propio primer ministro se refirió a las medidas como “radicales”, pero defendió que la presión que ejerce la creciente población en los servicios públicos las convierte en “justas”. Cameron se mostró confiado en que podrá alcanzar un acuerdo con el resto de miembros de la UE sobre unas medidas que requerirán reformas en los tratados. Así, podrá hacer campaña por la permanencia de Reino Unido en la UE en el referéndum que ha prometido convocar en 2017 si gana las elecciones de mayo.

En Reino Unido residen 2,7 millones de ciudadanos de otros Estados de la UE, que representan el 4,3% de la población del país. Su tasa de empleo es del 78,8%, ligeramente superior a la de los nacidos en Reino Unido (73,6%). En general, los inmigrantes europeos solicitan menos ayudas públicas que los británicos: un 15% de ellos recibe algún tipo de subsidio. Pero las medidas de Cameron van dirigidas sobre todo a los recién llegados: a esos 421.000 ciudadanos de la UE que se inscribieron en la seguridad social entre junio de 2013 y junio de 2014.