Cáncer de Pulmón: nuevas terapias que atacan el foco del tumor

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En el tratamiento contra el cáncer, la aparición de la quimioterapia fue uno de los avances médicos más importantes de la segunda mitad del siglo XX. En algunos tipos de la enfermedad, la quimioterapia es altamente efectiva aumentando la esperanza de vida e incluso en algunas circunstancias llegando a producir la cura de la enfermedad.

Sin embargo, la quimioterapia actúa a nivel de mecanismos celulares que afectan la replicación celular e interfieren los mecanismos de duplicación del ADN, procesos que son comunes tanto a las células “enfermas” como a las normales, por lo que actúa indiscriminadamente produciendo numerosos efectos tóxicos sobre los órganos sanos. De ahí los conocidos efectos indeseables que deben atravesar quienes atraviesan el proceso de esta enfermedad.

De un tiempo a esta parte, la novedad vino de la mano de una nueva generación de terapias que reconocen las células cancerosas, en reemplazo de los agentes quimioterapéuticos. Este tipo de terapias dirigidas ofrecen mayor beneficio y menos efectos secundarios.”En los últimos años hubo avances notables en el tratamiento de los tumores en general y las terapias dirigidas son probablemente lo más destacado. Consisten en poder determinar, en algunos tipos de tumores, por ejemplo en los de pulmón, cuál es el sitio, la vía o la señal por la cual el tumor está creciendo”, explicó el doctor Claudio Martín (MN 82958), médico oncólogo miembro de la Asociación Argentina de Oncología Clínica, a cargo del área de Oncología del Hospital de Rehabilitación Respiratoria María Ferrer y Jefe de Oncología Torácica del instituto Alexander Flemming.

Consultado sobre cómo funcionan las terapias dirigidas, detalló: “Las terapias dirigidas interfieren en el crecimiento y la división de células cancerosas de diferentes maneras y en diferentes puntos en la etapa de desarrollo, crecimiento y diseminación del cáncer. Las terapias dirigidas pueden ayudar a detener el crecimiento y división de las células cancerosas a través de un bloqueo en las señales que “avisan” a las células cancerosas que crezcan y se dividan descontroladamente”.

“Son terapias personalizadas: mediante un análisis se detecta cuál es el sitio, la vía o la señal por la cual el tumor está creciendo, y la terapia dirigida permite ir directamente a cortar esa vía. Esto se traduce en un beneficio mucho mayor del que se obtienen con las quimioterapias habituales, y con mucha menor toxicidad, lo que permitió en muchos casos, convertir al cáncer en una enfermedad crónica”, destacó Martín.

En ese sentido, diferenció que “la quimioterapia implica el uso de agentes citotóxicos para tratar el cáncer, que resultan también dañinos para los tejidos sanos y, por consiguiente, son asociados a un alto nivel de efectos secundarios y complicaciones”. En tanto a la inversa de la quimioterapia, las terapias dirigidas “apuntan directamente a las células cancerosas”.

“Las ventajas de las terapias dirigidas son enormes”, profundizó Martín, quien puntualizó: “Ofrecen la posibilidad de que el tumor responda al tratamiento, de controlarlo durante mucho más tiempo y, consecuentemente, ofrecer al paciente una sobrevida de calidad, duplicando y en algunos casos hasta triplicando las posibilidades de supervivencia. Los estudios comparativos entre los tratamientos convencionales y estas terapias dirigidas demuestran que los pacientes no sólo viven más tiempo sino que viven mucho mejor, porque los parámetros son mejores. Incluso los efectos colaterales son mucho más moderados y leves que en las terapias habituales”.

En esa línea, el laboratorio Boehringer Ingelheim centra su investigación en áreas con necesidades médicas insatisfechas, siendo afatinifib (Giotrif®) el primer inhibidor irreversible de los receptores ErbB aprobado en cáncer de pulmón de células no pequeñas (CPCNP), que retrasa la progresión del tumor cerca de un año, mejora significativamente los síntomas relacionados con la enfermedad en comparación con la quimioterapia estándar y prolonga la sobrevida global. Por su parte, nintedanib prolonga la sobrevida global en segunda línea de tratamiento del CPCNP adenocarcinoma.

De acuerdo a estimaciones del Instituto Nacional del Cáncer de la República Argentina, en 2012 murieron por cáncer casi 62 mil hombres y mujeres; el cáncer de pulmón fue responsable del 14,9% de estas muertes, con 9.230 defunciones por año. Es por lo tanto una de las enfermedades neoplásicas más importantes en nuestro país.