Carne Vacuna: cayó el consumo y bajaron los precios

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La carne vacuna sufrió un incremento en el precio durante 2016 de un 41%. Y fue en gran parte el motivo por el cual se viene sosteniendo una baja en el consumo de la misma. Durante el año pasado, hubo un decrecimiento de un 4% en el consumo de carne vacuna. Cifra que se sostiene ahora en lo que va de 2017.

De acuerdo con los datos aportados por la Cámara de la Industria y Comercio de las Carnes (CICCRA), el mes de diciembre de 2016, tuvo una merma de 3,2% con el más bajo consumo desde 2011 cuando había sido de 55 kilogramos anuales.

El argentino, que de por sí es “carnívoro” y especialmente consumidor de carne vacuna, debió adaptar su dieta hacia otros productos alternativos, como la carne de pollo o de cerdo. En la mesa de los habitantes clase media y baja de nuestro país ya se “perdió la costumbre” del consumo de carne a diario.

Sin embargo, a pesar de ese “pasaje” de un tipo de carne a otra, también ha bajado el consumo de las mismas como consecuencia del fuerte aumento que tuvieron los precios, constituyendo un fiel reflejo de la situación socioeconómica.

Una síntesis muy elocuente de la situación es que el consumo cayó porque disminuyó la faena, la producción y aumentaron los precios, es decir, un combo casi perfecto para que impactara negativamente en la demanda.

La producción total de carne fue el año pasado de 2.667.000 toneladas, con una baja de 2,2% respecto al año 2015. Se analiza que la baja tanto de faena como producción obedeció a que los productores resolvieron tener hembras apostando a una mayor actividad para el presente 2017, y además, aumentó el peso de los vacunos faenados, posibilitando con menos stock producir más carne en términos relativos.

Las carnes, según CICCRA registraron el año pasado una suba de 44,5% la de pollo, 40,8% la vacuna y 25,2% de cerdo, teniendo en general un comportamiento muy similar al resto de los precios de los otros productos alimenticios.

En enero de 2017 el consumo de carne per capita se instalo en unos 57 kilos por persona. Es decir, un 4% por debajo del mismo mes en 2016.

En CICCRA explicaron que la caída en el consumo de carne forma parte de un cambio cultural, ya que en los últimos 10 años el consumo de carne de vaca pasó de 63 a 57 kilos. Esto como decíamos, alimentado por el alza en los precios y la caída del poder adquisitivo en general.