Los requerimientos para el proyecto, si bien fueron evidentes, también lo fueron desafiantes: cocinar al aire libre y bajo techo. Una tranquila zona para la lectura y un dormitorio bajo las estrellas.
Los tres requerimientos fueron asociados a una ventana y luego sobrepuestos bajo un techo que se convierte en una terraza frente a la casa. En total hay 8 habitaciones incluyendo dos chozas, tres terrazas, un techo de 8.5 metros en una superficie total de aproximadamente 85 metros cuadrados.
El proyecto lucha con un problema casi contradictorio; la parcela es casi demasiado simple. Vistas, sol, mar y pasto hacia el sur. Al norte, un denso bosque. Además, la parcela es totalmente llana y carece de árboles, ya que antiguamente era un área de pastoreo para las vacas. La explotación de la vista es obvia, pero la arquitectura debe hacer frente a más que eso y dejar que sus habitantes sean capaces de interactuar con su entorno.
La casa se parece un poco a una casa de árbol para adultos. El ascenso a la cima a través de varios niveles ofrece tanto vistas como privacidad. Desde cada nivel de la casa, se puede ver el próximo, creando una curiosidad por continuar el ascenso y, una vez que estás arriba, la vista es impresionante.
La casa es de madera desde el interior hacia el exterior. En el interior, los techos, paredes y pisos están cubiertos con madera contrachapada de una fábrica de rompecabezas que cerró. Las puertas y ventanas son hallazgos de segunda mano y los muebles están construidos en el sitio, con madera contrachapada. El marco está hecho de vigas de madera que forman una de las bases para la parte superior. El techo y los muros están hechos de pino sueco.
