Fue un cambio propuesto por el oficialismo. Se aprobó con modificaciones al proyecto original.
Entre los cambios prometidos para su país durante la campaña, Michelle Bachelet había prometido la modificación del sistema electoral de Pinochet. Ahora es una realidad: El sistema electoral binominal será reemplazado por uno proporcional, y ahora sólo requiere la firma de la presidenta chilena para promulgarlo y convertirlo en realidad.
El sistema binominal, diseñado en la dictadura, impedía fomentar los cambios
parlamentarios, ya que con un tercio de los votos el partido ganador ya controlaba la mitad del congreso y de esa forma tenía la llave para impedir reformas y cambios constitucionales, que requieren de dos quórum calificado.
Con este sistema, se elegían dos cargos parlamentarios por distrito o circunscripción y para obtener ambos una lista debía obtener el 66,6 % de los votos. Ello dio como resultado que los dos grandes bloques políticos del país, la Alianza de derechas y el actual pacto gobernante de centroizquierda, la Nueva Mayoría, llamada anteriormente Concertación, hayan dominado el Parlamento desde 1990, haciendo prácticamente desaparecer a los partidos y candidatos independientes o más pequeños.
Otra reforma importante es la incorporación de la ley de cuotas, que señala que los partidos políticos deberán cumplir en sus listas de candidatos una regla de 60/40, que ordena un cupo femenino no menor al 40 por ciento del total de los postulantes.
Si bien en términos generales la reforma mostró expectativas y apoyo por parte tanto del oficialismo chileno como de su oposición, también hubo criticas: pero en este caso, la derecha chilena prefirió basar su enojo criticando el aumento de parlamentarios y el costo económico que esto traería.
