China también entró en crisis

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La desconfianza de los pequeños inversores chinos -que representan el 80% de las operaciones de ese mercado- hundió hoy las bolsar de Shangai, a pesar de las medidas adoptadas por las autoridades para estabilizar los mercados. El índice cayó 2,9% y arrastró a la bolsa de Hong Kong, que se desplomó 5,84 por ciento.

La Bolsa de Shangai pierde 33% desde mediados de junio, lo que es considerado como una pinchadura de una burbuja. Este mercado había subido más del 150% en los doce meses anteriores, antes de inicio del desplome.

Los inversores individuales acaparan cuatro quintas partes del volumen de negocios habitual de Shanghái y Shezhen, y a pesar de las nuevas medidas anunciadas esta mañana por las autoridades en Pekín, siguieron retirándose hoy del mercado.

El temblor obligó a que más empresas suspendieran la cotización de sus acciones (un total de 1.429, el 51 % de las que cotizan en los mercados chinos), luego de que algunas de ellas alcanzaran el límite máximo de caída diario, del 10%.

El desplome de las acciones en China ocurre a pesar de los esfuerzos, cada vez más contundentes y sin precedentes, desde Beijing por contener la situación, que se incrementó con una nueva vuelta de tuerca esta misma mañana.

El banco central anunció más medidas para dar mayor liquidez a la Corporación de Financiación del Mercado de Valores de China, una entidad de crédito marginal para financiar a las corredoras y a sus clientes. Asimismo, las empresas estatales que cotizan en bolsa no podrán vender sus acciones por al menos seis meses.

Entre tanto, la Comisión Reguladora del Mercado de Valores de China (CRMV) reconoció a través de su portavoz, Deng Ge, que hay «pánico» en las bolsas chinas y una consiguiente tendencia a las «ventas no razonables» que el regulador está tratando de compensar.

El gran temor de los inversores es el excesivo endeudamiento de las empresas chinas. El gobierno chino les inyectó fondos para poder capear la crisis financiero de 2008-2009 pero al mismo tiempo, las dejó con mucho pasivo.

De sostenerse este baja, el impacto en la Argentina será directo. China es el gran prestamista del país y una necesidad de ajuste por parte del gobierno, cerrará la canilla de los fondos.