Cómo hicieron las farmacias para reinventarse

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Muchas personas tienen una idea tradicional de una farmacia: Medicamentos, cremas medicinales y, en algunos casos, la posibilidad de pedir recetas magistrales. Sin embargo, muchas de las versiones modernas de estos negocios se han adaptado para poder hacerle frente a las necesidades del público de estos días. Eso no significa que no vayan a seguir ofreciendo la misma calidad y servicio de siempre, simplemente se le suman algunos ofrecimientos, productos y, en algunos casos, servicios.

En este artículo hablaremos sobre cómo algunas de las farmacias tradicionales, como Farmacia Morteo, han transformado su negocio ofreciendo otros productos o servicios, sin dejar de lado la atención que las caracteriza

Centros de salud

Las farmacias de barrio solían ofrecer algunos servicios ligados a la prevención de enfermedades o, incluso, de aplicación de medicamentos. Con el tiempo, a la típica balanza se le sumaron la posibilidad de tomarse la presión, medirse la altura y la posibilidad de aplicarse vacunas previamente recetadas (algo que no todas las farmacias ofrecían). En estos tiempos, algunas farmacias ofrecen una alternativa más organizada: los centros de salud. Si bien estos no reemplazan a una consulta de medicina clínica, pueden ayudar a que las personas puedan tener un primer acercamiento a conseguir una mejor vida. Además de los ofrecimientos que mencionamos anteriormente, estos espacios cuentan con un médico que puede ayudar a guiar a las personas a sentirse mejor, ya sea haciendo una primera vista de algún síntoma (siempre derivando a un especialista o a una guardia médica, de ser necesario) o recomendando a una persona que haga una rutina básica de alimentación y ejercicio.

Alimentos

Muchas de las farmacias que nos encontramos en el día a día se parecen a un pequeño supermercado. Y esto no es casual, ya que en algunos pasillos podemos encontrar incluso alimentos, bebidas y golosinas. Siguiendo el modelo norteamericano, muchas cadenas y farmacias han empezado a ofrecer productos comestibles. El razonamiento es simple: Si bien la farmacia tradicional es un negocio rentable, no es un lugar al cual las personas van todos los días. Sin embargo, si se le suma la posibilidad de hacer compras un poco más casuales, más personas van a acercarse a ellas. Si bien hay personas que creen que esto hace una competencia directa a kioscos o almacenes, la realidad es que es simplemente un ofrecimiento extra para que las personas no tengan que pasar por tantos lugares a la hora de las compras.

Perfumerias

Es correcto decir que, al menos en Argentina, las perfumerías son el primer ofrecimiento que se le sumó a las farmacias. Muchas cadenas o negocios de barrio comenzaron a ofrecer productos de belleza y de perfumería con la intención de atraer a más público a sus puertas. Desde maquillaje hasta perfumes y fragancias, este rubro da una posibilidad interesante: que aquellas personas que hayan ido a comprar medicamentos también pueden conseguir algo que les ayude a sentirse bien por fuera. Y el éxito de este emprendimiento es tal que, durante mucho tiempo, muchas personas no podían pensar la idea de una farmacia que no tuviera una sección de perfumería dentro del local.