Correr: ¿Es suficiente para bajar de peso?

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Según un estudio de la Universidad de Copenhagen, en Dinamarca, publicado en The Journal of Sports Medicine, correr 5 kilómetros por semana es suficiente para reducir en promedio cinco kilos de grasa, siempre y cuando, se acompañe de una dieta equilibrada.

Los voluntarios que practicaron esa misma cantidad de ejercicio sin modificar sus hábitos alimenticios, perdieron, en promedio, 3,81 kilogramos menos que los que variaron su dieta en el mismo intervalo de tiempo.

De esta manera, el especialista Diego Sívori, experto en nutrición, explicó que “la dieta es la base, se puede lograr más resultados en términos calóricos, a través de la alimentación que durante una actividad excesiva. ”

Según Federico Díaz, entrenador personal, resulta recomendable correr 3 o 4 días a la semana a un ritmo moderado. «Si la actividad dura más de 45 minutos, se puede quemar grasa» y coincidió con el estudio en la importancia de la alimentación: «La combinación de ambos es primordial para conseguir los objetivos».

De esta manera Sívori detalló que «una actividad aeróbica, permite quemar la grasa especialmente en la zona del abdomen. A partir de los 30 minutos de trabajo físico a baja intensidad, el cuerpo utiliza esos depósitos de grasa para abastecerse durante la actividad física».

Sin embargo, cuando se habla de modificar la dieta para acompañar el entrenamiento, no es aconsejable combinar con una dieta hipocalórica. El especialista Sívori sostuvo que deja de ser efectiva como estrategia, ya que «el cuerpo no va rendir de la misma manera, ya que tendrá un déficit de minerales y vitaminas necesarias, que se traducirá en falta de energía para correr». O sea, no se rendirá como se espera.

Para Sívori «restringir 500 calorías del consumo habitual de cada individuo en promedio -una hamburguesa de un local de comidas rápidas- resulta efectivo para quemar grasas».

Pero, ¿a qué velocidad se aconseja correr? Para el especialista en entrenamiento Díaz, depende del objetivo, «para eliminar grasa es mejor correr a un ritmo lento, pero durante un largo período de tiempo».

Díaz puntualizó que si la meta es crear músculo, potenciarlo, la actividad debe ser más intensa y de menor longitud y de duración corta en el tiempo.

Janet Hamilton, entrenadora de carreras de larga distancia, aconsejó variar el trabajo aeróbico durante la semana, un día hacerlo corto de 20 a 30 minutos. Luego en otra jornada «hacer más distancia, pero más lento, durante una hora más o menos».

Además, en una investigación publicada en Medicine & Science in Sports & Exercise, las mujeres participantes que corrían a gran velocidad durante dos minutos y luego reducían la intensidad otros tres, quemaban más calorías el día después de su sesión que las que hacían una ruta lenta y constante.

De hecho, las primeras perdieron un cuatro por ciento de grasa corporal en unas semanas, mientas que el grupo que trabajó a baja intensidad, no mostró variaciones considerables. De esta manera, los entrenamientos combinados de alta intensidad y fuerza a producen un gasto energético posterior a la sesión.

«Lo que se puede asegurar que un buen entrenamiento debe ir acompañado de un plan de alimentación que proporcione aquellos alimentos necesarios para aportar la energía que el cuerpo requiere», finalizó Díaz.