Crisis entre Colombia y Venezuela: exigen reunión en la OEA

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El embajador de Colombia, Andréz González Díaz, manifestó su posición ante la OEA sobre el conficto que se está presentando actualmente entre la frontera colombo-venezolana.

González recalcó que el contrabando y el narcotráfico es un problema que agobia a todo el mundo y que solo se resuelve “con políticas comunes y acertadas y ejerciendo controles de uno y otro lado de la frontera”.

Asimismo, expresó que dichas problemáticas solo con la unión entre Venezuela y Colombia pueden ser desmontadas, “esto solo podemos derrotarlo con coraje, decisión y unión de nuestros gobiernos y Colombia está plenamente comprometida porque tiene claro que solo con la unión de Venezuela y otros países podemos enfrentar todos estos conflictos (…) yo sé que existen problemas de desabastecimiento de contrabando de corrupción pero la corrupción solo se combate con políticas conjuntas y acordadas entre los dos países”, apuntó González.

El embajador colombiano solicitó una reunión lo más breve posible para plantear ideas y soluciones positivas para avanzar en este tema.

Finalmente, acotó que confía plenamente en la OEA, en la disposición al diálogo y en la diplomacia.

Recordemos que la Organización de los Estados Americanos (OEA) convocó hoy una reunión extraordinaria de ministros de Exteriores a petición de Colombia para analizar la situación de los colombianos que están siendo deportados de Venezuela.

La misión permanente de Colombia ante la OEA informará al resto de estados miembros de “la situación humanitaria que viven los ciudadanos colombianos en Venezuela con ocasión de las recientes deportaciones generada por la forma como estos ciudadanos están siendo deportados”, según la carta de convocatoria de la reunión.

Según las más recientes cifras oficiales, 1.097 colombianos han sido deportados desde que empezó la crisis, el 20 de agosto, aunque un poco más de 6.000 han cruzado la frontera a través de un río para retornar a su país y anticiparse a la deportación.

Más de 2.000 colombianos deportados o que decidieron regresar a su país están alojados en albergues de la ciudad de Cúcuta, cuyas autoridades declararon el estado de calamidad pública para disponer de recursos para atender la emergencia.

La crisis empezó cuando el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, cerró por tiempo indefinido la frontera entre el estado venezolano de Táchira -para el cual decretó medidas de excepción- y el departamento colombiano de Norte de Santander, con el argumento de que así luchará contra al contrabando y las bandas armadas que operan en el lugar.