El español superó al ucraniano Alexandr Dolgopolov por un doble 6-4 en el ATP 250 sobre el polvo de ladrillo sueco. Conquistó su tercer título en este certamen y quebró una sequía de dos años sin levantar un trofeo sumando el 27° en su carrera.
Los tenistas de la vieja camada siguen dando que hablar en el circuito, algo que quizás no sucedía tan frecuentemente hace algunos años, no solo llegando a instancias decisivas sino también ganando antes jugadores menores, exhibiendo un tenis que parece inoxidable como el caso del español.
David Ferrer, 46° del ranking y octavo preclasificado, tuvo un arranque dudoso ante Alexandr Dolgopolov (89°) ya que en el segundo game en cuatro ocasiones salvó cuatro break en contra, pero luego de salir del mal momento no dejó escapar la chance de robarle el servicio en el noveno juego, cerrando 6-4 el primer set.
El valenciano que tenía una clara ventaja de 9-4 ante su rival, exhibió su mejor tenis en el siguiente parcial colocándose 5-1 con un alto porcentaje de primeros servicios ganados (70%) y hasta desperdiciando un match point, permitiéndole una leve reacción al ucraniano que finalmente no le bastó y fue triunfo por un doble 6-4 tras una hora y 26 minutos de partido.
Ferrer de 35 años quebró una sequía de dos años sin levantar un título y sumó el tercero en estas tierras (2007 y 2012), llegando a 27° en su carrera (13° en canchas lentas) con récord de 27-25 en finales, en el ATP 250 de Bastad sobre el polvo de ladrillo al sur de Suecia que repartió 482.060 euros en premios.
