La fecha se establece como un llamado de atención al problema de las especies en peligro de extinción.
Este día se celebró por primera vez en 1931 en una convención de ecologistas en Florencia, Italia, como forma de instar a la conciencia colectiva en torno al problema de las especies en peligro de extinción. Desde entonces, la celebración que aúna a todas las variedades de animales que integran le planeta, se celebra el 4 de octubre, en la fiesta de San Francisco de Asis, el santo patrono de los animales.
La celebración, que no se limita a ninguna nacionalidad, religión o ideología política, promueve la acción de recordar la importancia del respeto a los animales con quienes compartimos el planeta, los que las más de las veces son víctimas del egoísmo y la crueldad humana.
La fecha insta además a que mediante la educación y la difusión de actividades en defensa de los animales, se pueda crear una nueva cultura del respeto a la biodiversidad para hacer de este mundo un sitio más apto para la vida conjunta de quienes lo integran.