El observatorio de nubes

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Nuestro trabajo parte de la revisión del funcionamiento espontáneo de construcciones como los oasis de las geografías áridas, donde la adecuada combinación de sombra, vegetación y agua, permite climatizar un exterior con un consumo mínimo de energía, la fascinación por la eficiencia de los ciclos cerrados en los experimentos de la investigación aeroespacial lo dirigen hacia un ambicioso objetivo.

El proceso de evaporación-condensación, en paisajes con suficiente agua, disipa hasta el 70% de la radiación solar. A diferencia del aire acondicionado, que refresca un espacio a costa del calentamiento de otro contiguo, mediante el cambio de estado del agua la energía queda embebida en las partículas de vapor que ascienden a capas altas de la atmosfera, evitando el calentamiento del suelo y de los materiales. Ecosistemas depuradores activados mecánicamente, facilita in situ el agua necesaria para la transpiración de las plantas.

La tecnología actual puede optimizar y controlar estos procesos en arquitectura: Los instrumentos de software modelizan el movimiento del aire, la radiación de los materiales y las temperaturas; el diseño de la forma de los espacios y la selección de los materiales preservan el máximo tiempo posible el aire refrescado, mejorando la relación entre agua evaporada, energía y sensación de confort.

La terraza de Casadecor ha sido una muy buena oportunidad para plantear este concepto. La azotea aparece como un espacio privilegiado sobre la apretada trama de edificación, que ofrece un contacto directo con el cielo urbano de enorme amplitud.

Nuestro objetivo ha sido preservar esta identidad nada doméstica, consolidar los valores que nos encontramos al empezar. Construir una plataforma como un observatorio atmosferico enun paisaje, Nuestra ambición es aprovechar esta localización, para intensificar la percepción del aire y del agua. Al mismo tiempo convertirlo en un mecanismo que señala el enorme potencial de combinar evaporación y sombra para convertir la isla de calor urbana en un oasis.

La elección de formas y materiales va siempre en esta dirección. Se introducen muy pocos elementos: La protección del sol y del agua se resuelve con la formación de nubes bajas: tres cubiertas inflables que completan en primer plano las formas variables del cielo. Su construcción es muy ligera, pone de relevancia el espesor y la densidad del aire, capaces de sujetar las lonas plásticas suspendidas. Bajo ellas, la vaporización forma un aire más denso y fresco.

Por otro lado, la geometría propia de pendientes y cubiertas inclinadas de las terrazas se continua con nuevos planos, como colinas artificiales donde tumbarse y mirar hacia arriba. Su función es ademas disminuir la presencia de los petos y muros perimetrales, que cierran el espacio y lo hacen mas encajonado.

De igual forma, espejos impresos sobre distintos ángulos cubren las medianeras más altas, para multiplicar a distintas escalas las imágenes del paisaje de nubes y tejados y fijarlas sobre los paramentos.