El edificio se sitúa en el centro histórico de Roses, en primera línea de mar, donde antiguamente se encontraba Ca l’Anita (estanco de la punta). Destacan del emplazamiento las vistas abiertas hacia el paseo marítimo y el mar, en contraste con las calles estrechas perpendiculares al paseo. El edificio se encuentra en medio de estos dos tipos de trama.
El volumen del edificio se entiende como un cuerpo macizo, con un vaciado en planta baja, que oxigena la calle San Isidre, a la vez que conduce hacia las vistas del mar. Este vaciado en planta baja genera un porche por donde se accede al edificio.
Dentro del edificio, la planta del edificio se distribuye en dos franjas: la de espacios comunes, longitudinal en todo el edificio, que reparte la circulación entre todos los espacios, y con grandes aberturas y vistas lejanas hacia el mar, y la franja de aulas, con aberturas de una escala más propias de casco antiguo, respetando el entorno y protegiendo la privacidad de las aulas y las viviendas vecinos.
La fachada ventilada se acaba con placas perforadas que forman el mismo dibujo geométrico del mosaico original que cubría el suelo de la antigua casa cedida al Ayuntamiento a favor de la población. Con la colocación de las placas que revisten las dos fachadas visibles del edificio se quiere poner todo el énfasis en el pasado del emplazamiento donde se levanta el nuevo edificio y testimoniar la anterior existencia del popular Estanco de la punta de Anita.
Durante el proceso de proyecto y obra se han potenciado los aspectos energéticos y medioambientales del edificio, que se ha diseñado siguiendo los parámetros de la certificación energética LEED, siendo uno de los primeros equipamientos culturales en España en este proceso.
