Estado de Sitio o de excepción en Venezuela

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El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, decretó el estado de excepción y emergencia económica, que restringe las garantías constitucionales en todo el territorio nacional para «preservar el orden interno», en el marco de una ola de protestas opositoras que ya dejó casi 50 muertos en un mes y medio.

El decreto fue publicado en la Gaceta Oficial luego de que cuatro personas más fallecieran en las últimas horas en medio de la nueva ola de protestas que se desató a principios del mes pasado, con lo que ya llegan a 48 los muertos en las manifestaciones, que han incluido actos vandálicos, ataques a la policía y represión policial.

También, la opositora Mesa de Unidad Democrática (MUD) llamó a una nueva manifestación para hoy a la noche, aunque se declaró dispuesta a negociar algunas “concesiones” con sectores del oficialismo que “sostienen” al presidente Maduro.

El decreto establece la facultad del Ejecutivo nacional para que adopte «las medidas urgentes, contundentes, excepcionales y necesarias, para asegurar a la población el disfrute pleno de sus derechos, preservar el orden interno, el acceso oportuno a bienes, servicios, alimentos, medicinas, y otros productos y servicios».

El gobierno, agrega el texto, podrá «diseñar y ejecutar planes de seguridad pública que hagan frente a las acciones desestabilizadoras que atenten contra la paz de la nación, la seguridad personal, y el resguardo de las instalaciones y bienes públicos y privados», informó la agencia de noticias EFE.

Más temprano, la Fiscalía, la Defensoría del Pueblo y la oposición informaron que tres personas murieron anoche durante protestas en el estado occidental de Barinas y que una cuarta falleció en una manifestación en la ciudad de San Antonio de los Altos, cerca de Caracas, en el céntrico estado de Miranda.

Las víctimas de Barinas fueron identificados como Luis Alviarez, de 17 años, Diego Hernández, de 33 y Yeison Mora Castillo, de 17. En tanto, la persona muerta cerca de Caracas fue identificada como Diego Arellano, de 31 años, dijeron las fuentes.

Otros manifestantes y policías resultaron heridos durante las últimas manifestaciones, que se realizan casi a diario desde finales de marzo.

La oposición acusa a Maduro de haberse convertido en un dictador que usa su influencia sobre las instituciones del Estado para mantenerse en el poder. Pero el mandatario alega que sus enemigos políticos están agitando las calles con disturbios y manifestaciones, sólo para derrocarlo.

El presidente dice que la salida de la crisis política está en una Asamblea Constituyente para reescribir parte de la carta magna, pero sus adversarios temen que la nueva legislación abra puertas que faciliten al «chavismo» mantenerse en el poder más allá de 2019, cuando culmina su período.

El gobierno de Maduro ha dicho que no permitirá la «injerencia» en su política interna y mantiene que las elecciones presidenciales se celebrarán a fines de 2018, como está establecido en el calendario, a pesar de que todavía no se han convocado dos comicios regionales previstos para 2017.

La oposición está buscando apoyo internacional para mantener la presión contra Maduro y ha logrado el pronunciamiento de varios gobierno a favor de sus peticiones, particularmente de adelantar las elecciones.

A la habitual dureza de los dirigentes opositores, el primer vicepresidente de la Asamblea Nacional, Freddy Guevara, opuso ayer el anuncio de que la MUD está dispuesta a negociar «concesiones» con aquellos funcionarios públicos que «sostienen» en el poder a Maduro, de modo de evitar así una «cacería de brujas».

«Con todos los que están en el segundo nivel, es decir, magistrados, alto mando militar, cuerpos de policías, fiscales, contralor; obviamente sí estamos dispuestos a entrar en un proceso de negociación directa para garantizar que aquí no va a venir una cacería de brujas», dijo Guevara a la emisora privada Unión Radio.

Un día después de una jornada de protesta más intensa desde que recrudecieron las manifestaciones, a comienzos de abril, la Celac anunció que una reunión de cancilleres programada para el sábado en República Dominicana para abordar la crisis en Venezuela fue «pospuesta» para una fecha aún por definir.

La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) no precisó los motivos de la cancelación, y se limitó a decir que se informará de la nueva fecha cuando esta esté fijada.

En cambio, la OEA celebrará el próximo 31 de mayo en Washington una reunión de consulta de cancilleres sobre la crisis política de Venezuela, a la que no se espera que asista el gobierno venezolano, ya que la convocatoria motivó su petición de salida de la organización, que no será efectiva hasta 2019.

En anticipación del encuentro, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, denunció ayer que en Venezuela se están cometiendo crímenes «de lesa humanidad» con «el asesinato y la tortura por motivos políticos».

«Las Fuerzas Armadas (de Venezuela) no pueden seguir matando y torturando gente impunemente. El asesinato y la tortura por motivos políticos, por pensar diferente, es Crimen de Lesa Humanidad, delito internacional», afirmó Almagro en un comunicado.

Curiosamente, atento al cuadro de choques, represión y muertes de las últimas semanas, la MUD convocó a sus seguidores a una inusual marcha nocturna para esta noche, para demostrar que la lucha por la democracia no es sólo de día sino también de noche.

La alianza también protestará el sábado, en una marcha denominada «somos millones». «El objetivo es demostrar fuerza. Tenemos que generar una concentración gigantesca en las principales vías del país», afirmó Guevara.

El decreto de Maduro faculta al presidente también a decidir «la suspensión temporal y excepcional de la ejecución de sanciones de carácter político» contra autoridades del poder público y altos funcionarios cuando estas obstaculicen la implementación de medidas económicas.

Este decreto permite al gobierno, entre otras atribuciones, disponer de recursos sin control del Parlamento, así como de bienes y mercancías de empresas privadas para garantizar el abastecimiento, además de restringir el sistema monetario y el acceso a la moneda local y extranjera.

No obstante todas estas restricciones de orden económico ya estaban vigentes desde hace más de un año con un decreto anterior de «excepción y emergencia económica».