Por un conflicto gremial los trabajadores de las droguerías se mantienen en “alerta y movilización”, con quite de colaboración, y las farmacias del área metropolitana comienzan a sentir el desabastecimiento, señaló por Continental Darío Díaz, de la patronal Asociación de Distribuidores de Especialidades Medicinales. «Se siente inmediatamente en los mostradores, por el dinamismo de la distribución, que se completa en pocas horas», explicó en La Mirada Despierta.
Las negociaciones paritarias entre el personal de las droguerías, nucleado en la Federación de Asociaciones de Trabajadores de la Sanidad Argentina – Fatsa -, y las empresas, enroladas en la Asociación de Distribuidores de Especialidades Medicinales – Adem -, están trabadas. Ya sin vigencia, la escala salarial venció el 30 de abril pasado y todavía las partes no acuerda el nuevo incremento en los sueldos, por lo que los trabajadores comenzaron con una retención de tareas por tiempo indeterminado y la medida implica no distribuir los medicamentos en tiempo y forma, explicó Díaz.
El gremio reclama un 33 por ciento de aumento, y la patronal ofrece un 28 por ciento. En este contexto, los comerciantes farmacéuticos temen que, como modo de zanjar el conflicto, se les quiten a los negocios minoristas los beneficios que suelen otorgarles las droguerías por cada adquisición. Y alertan por el «grave efecto sanitario» que tendría la prolongación de la protesta.
