La autopsia a Claudia Schaefer reveló que la mujer presentaba 70 heridas punzocortantes, que Fernando Farré la siguió acuchillando después de muerta y que el crimen sucedió en cuatro minutos.
De acuerdo al estudio forense, cuando salieron de la cocina y después de cerrar la puerta del vestidor, Farré le propinó un golpe en el ojo para anestesiarla. A partir de allí comenzó con el ataque, para el cual utilizó dos cuchillos de forma simultánea.
El 95 por ciento de los ataques se dieron cuando Claudia aún estaba viva; el resto, que produjeron tres heridas específicas, fueron post mortem
