Será un momento histórico, las imágenes quedarán en la memoria de la política argentina –como todos los traspasos, con cierto morbo extra por los dos protagonistas en este caso–, y el lugar en el que sucederá generó otro contrapunto entre Cristina Kirchner y Mauricio Macri.
Para evitar a los militantes de La Cámpora en las gradas de la Cámara de Diputados, el presidente electo decidió que el traspaso de mando sea en la Casa Rosada, un ámbito en el que considera podrá concretarse una ceremonia más sobria.
Funcionarios salientes anoche no confirmaban que Cristina aceptará no entregar la banda y el bastón en el Congreso, como ocurre desde 2003, aunque los macristas lo daban por hecho.
La seguridad y los accesos al Congreso estarán controlados por Casa Militar, bajo control de la Secretaría General de la Presidencia, hasta el 10 de diciembre a cargo de De Pedro.