Hablaron los héroes de Niza

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Dos franceses que fueron testigos de la brutal matanza en Niza relataron el momento en que decidieron intervenir para evitar que la situación empeore.

Alexandre Migues y Franck son los dos hombres que actuaron en el momento de mayor tensión, mientras Mohamed Lahouaiej Bouhlel perpetuaba el tremendo atentado que dejó un saldo de 84 muertos en el Paseo de los Ingleses, en Niza, el pasado 14 de julio.

Mientras se estaban aproximando al lugar del festejo por un nuevo aniversario de la Toma de La Bastilla, Franck y su mujer se sorprendieron cuando vieron a un gran número de personas corriendo y gritando desesperada en medio de la calle.

El relato de Franck:

“Todo iba bien. Nos cruzamos a la gente, que empezaba a volver a sus casas, pero luego Oímos gritos y los coches atravesaban la calle. Mi mujer me dijo: ‘Para. Hay algo que no va bien’. Y en el tiempo que nos llevó girarnos, vimos a la multitud correr en todas direcciones, como si huyera de algo. Fue entonces cuando vimos llegar al camión.

 Estábamos en medio de la calle. Había pocos coches. Yo debía de circular a 60 kilómetros por hora. Ni siquiera tuve tiempo de mirar mi retrovisor. Y en ese momento el camión me adelantó a fondo, circulaba por la acera. Enseguida comprendí lo que estaba pasando.Decidí acelerar. Mi mujer, sentada detrás de mí, me tiraba del brazo y me preguntaba a dónde iba. Me paré. Le dije: ‘¡Bájate!’. Y aceleré a fondo.

Hablaron los héroes de Niza Franck

Para alcanzarlo hacía falta zigzaguear, entre personas vivas y muertas. No podía frenar más que en la parte de atrás, porque tenía el puño bloqueado. Incluso me acuerdo de gritar dentro del casco. Gritaba a la muerte, de hecho… Sólo tenía la parte trasera del camión fijada en mis ojos. Estaba decidido de ir hasta el final.

Él seguía pasando de la calzada a la acera a la calzada. Golpeaba por todas partes. En un momento dado, casi alcancé la parte trasera del camión, porque tengo una moto de 300 cm³ y eso acelera muy rápido. Quería pararlo a cualquier precio.

Conseguí ponerme a su izquierda, mi objetivo era llegar a la cabina. Cuando estuve a su altura, me hice la pregunta: ‘¿Qué harás con tu pobre moto?’ Entonces la tiré contra el camión.

Continué corriendo tras él. Me acuerdo de haber caído después. Ya no sé qué hice. Al final llegué a colgarme de la cabina. Estaba sobre el escalón junto a la ventana abierta. Frente a él. Le pegué, le pequé y le pegué otra vez. Con todas mis fuerzas, con mi mano izquierda [la que ahora está lastimada] a pesar de que soy diestro. Puñetazos en la cara. No decía nada. No rechistó.

Tenía su arma en la mano. Pero la pistola no funcionaba. Yo tenía la impresión de que él la intentaba manejar o cargarla, no lo sé. Me apuntaba, apretaba el gatillo, pero no iba.

¡Estaba dispuesto a morir! Estaba lúcido y dispuesto a morir para pararle. Y seguí golpeándole. Intenté sacarle de la cabina por la ventana, porque no conseguía abrir la puta puerta. Y le volví a golpear. Al final me golpeó con la pistola en la cabeza. Después me dieron puntos. Me caí y me volví a subir”.

El otro héroe:

Alexandre Migues estaba en su bicicleta viendo los fuegos artificiales sobre el Paseo de Los Ingleses aquella noche. «Fue instintivo. Yo mismo no puedo explicar cómo lo hice para salir corriendo así tras el camión», aseveró en una entrevista con el diario Nice Matin.

«Tiré mi bicicleta al suelo y comencé a correr tras el camión. Vi que podía alcanzar su cabina. Corrí y corrí. Intenté abrir la puerta del camión dos o tres veces». El Terrorista, lo miraba “con una mirada realmente muy fría”, mientras «buscaba algo en su camión y sacó su arma».

Hablaron los héroes de Niza Migues

Según recuerda, en ese momento, otra persona apareció por el lado izquierdo del camión a bordo de una moto y se tiró debajo de él. Era Franck, que en realidad tiró su vehículo para detener la marcha del rodado, pero Migues no estaba seguro de lo que había visto. «Si sigue vivo, me gustaría encontrarme con él. Su gesto fue magnífico. Espero que esté bien», dijo en la entrevista, que tuvo lugar en Niza, la semana pasada.

Las autoridades francesas coinciden que la actitud heroica de Alexandre Migues y Franck permitieron capturar a Bouhlel. De lo contrario, aseguran que estarían lamentando un número mayor de muertos.

El momento en que la policía redujo al terrorista: