El hombre brindó una entrevista radial donde contó el momento que derivó en la captura de José López. “Pensé que era un loco” sostuvo.
Jesús, el nombre del sujeto parece agregarle más condimentos a una secuencia insólita, de novela. Un alto funcionario del kirchnerismo fue descubierto con las manos en la masa mientras escondía la módica suma de 9 millones de dólares, junto a relojes de lujo y una carabina muy vistosa, en un monasterio habitado por monjas que viven en condiciones de humildad y sigilo.
Y el testigo es Jesús. Claro, ¿cómo se podía llamar el inocente hombre que desató lo que fue la noticia de la semana y tal vez del año?
“Creí que era un loco” fue lo primero que se le vino a la mente cuando vio a un sujeto desconocido tirando bolsos sobre la puerta de un monasterio y luego saltando el portón.
«Llego a mi casa dejo la camioneta y me acuesto. Escucho un ruido y miré por la ventana. Pensé que se estaban llevando los pollos que tenía en mi camioneta» comenzó relatando el vecino de las monjas.
«Veo la luz de un auto. Digo qué hace acá, yo no tengo vecinos. “Él tocaba el timbre del portón y se venía para la camioneta, volvía al portón, tocaba el timbre y de nuevo volvía la camioneta”. Según Jesús, el diputado del Parlasur actuaba como un loco.
Luego contó que se cruzaron miradas. «Él me vio y empezó a tirar los bolsos para adentro. Me dijo «ahora sí» y saltó el portón».
«Estuve un ratito afuera y me metí. Vi que no salía y llamé a la policía. Pensé que iba a robarle a las monjitas, o algo les iba a hacer». Con esa acción, desató la indignación de un país que ya no sabe lo que le espera.
Después dio detalles sobre el encuentro con la policía: «López sale caminando para el lado de la puerta, normal, no vio al policía. El policía se le paró al frente y se identificó».
Con respecto al intento de soborno, dijo que el no escuchó en ningún momento “lo de la coima”. “Por ahí se lo dijo a ellos”. Finalizó con una frase lógica: “Yo no quiero hablar más de esto”.
