Independiente le ganó a San Lorenzo y le mete presión a River

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En el Nuevo Gasómetro, los de Almirón se quedaron con el clásico con tantos de Montenegro (delicioso tiro libre) y Diego Rodríguez, de penal, mientras que Villalba puso el descuento para los de Bauza, que nuevamente volvieron a jugar mal. Los de Avellaneda se ubicaron como escoltas a dos unidades y sueñan con el campeonato. El Ciclón no levanta y acumuló su tercera derrota consecutiva en casa.

Sin ser un aluvión, Independiente se quedó con el clásico ante San Lorenzo porque atinó las que tuvo y luego supo neutralizar a los de Bauza, que estuvieron otra vez deslucidos. Podría haber terminado en goleada para los de Almirón,  pero el Ciclón logró arrimar con el descuento y le puso dramatismo a la victoria de los de Avellaneda por 2-1. El Rojo se ubicó como escolta a dos puntos del líder River (mañana recibe a Belgrano de Córdoba) y se prendió en la pelea por el campeonato.

El que aviso primero fue San Lorenzo con un disparo de Buffarini que dio en el palo de  Diego Rodríguez y que hubiera cambiado la historia del partido. Independiente  se acomodó en el campo esperando el inofensivo andar del equipo del “Patón” y apostó a la velocidad que tiene del medio hacia delante para desequilibrar ante los centrales Yepes y Fontanini. El colombiano cometió su primer error grueso de la tarde al cometer un penal infantil a Lucero, que el árbitro Herrera omitió de forma grosera.

El trámite se emparejo y el momento de mayor intrascendencia los de Almirón se pusieron en ventaja con una joya de Montenegro. El enganche tomó un tiro libre recto a la puerta del área y la colocó en el ángulo ante la mirada de Torrico, que solo atinó a mirar.

En el complemento, los de Bauza lo fueron a buscar con amor propio pero sin ideas. Independiente creció y estiró la ventana tras otro error garrafal de Yepes. El colombiano cerró corto, apareció Lucero y Torrico le hizo penal para impedir el gol. El “Ruso” Rodríguez le ganó el duelo de arqueros al uno azulgrana y estampó el 2-0, que cerraba cualquier atisbo de reacción del local.

Los de Avellaneda contaron con chances claras para poner la goleada pero falló en la definición y terminó apretado contra su área en los últimos minutos por el descuento de Héctor Villalba. San Lorenzo luchó contra su propia ineficiencia pero no logró el empate, que hubiera sido injusto.