El futbolista holandés –considerado uno de los mejores del mundo- murió esta mañana a los 68 años luego de padecer cáncer de pulmón. Formó parte de la Naranja Mecánica, la rompió en el Ajax y en el Barcelona, clubes donde alcanzó la gloria, y además ganó tres balones de oro.
El mundo del fútbol vuelve a estar de luto. Esta vez, Johan Cruyff pasó a mejor vida a los 68 años. Su prematura muerte se debe a un cáncer de pulmón, originado por su adicción al tabaco (hay quienes dicen que fumaba hasta en el entretiempo de los partidos).
Aún así, lo que quedará en el recuerdo es la gloria que alcanzó uno de los mejores jugadores en la historia de este hermoso deporte. Debutó en el Ajax de holanda a los 17 años, en 1964 y vislumbró el fútbol de ese país durante nueve años, donde conquistó tres Copas de Europa, una Supercopa y una Intercontinental.
Un año después de dejar el club que lo vio nacer, fue el abanderado de la Naranja Mecánica, aquella selección de fútbol que si bien no pudo ganar el mundial del 74, quedó como una de las más letales de la historia.
Del disgusto de perder la final con Alemania, pasó a la alegría luego de conquistar el primer título del F.C Barcelona en 14 años. Además, su destacada actuación tanto en el mundial como en la liga local le valió su tercer balón de oro. También ganó una Copa del Rey en el 78 y terminaría su carrera en Holanda, pasando por el Ajax y finalizando en el Feyernoord, con tres y cinco títulos en cada club, respectivamente.
Se retiró como futbolista en 1984, pero volvería rápidamente como entrenador, primero del Ajax, y luego del Barcelona, donde marcaría una época y un estilo de juego que sigue vigente hasta nuestros tiempos. Por eso el mundo del fútbol le está más que agradecido a El Mago y siente la pérdida.
Por esas casualidades del destino, un 24 de marzo de 2016, 40 años después del golpe militar en Argentina (razón suficiente para Johan Cruyff para no jugar el mundial del 78 en nuestro país), el futbolista murió.
