Frente al reto de desarrollar un plan maestro para la iglesia creciente en una comunidad satélite del área metropolitana de Phoenix, Arizona, Debartolo architects desarrollaron un lenguaje arquitectónico innovador para una iglesia que lleva el nombre de una arboleda existente que cubre parcialmente su sitio.
Influenciado por el bosque de 10 acres de árboles de pistacho y la pasión de la iglesia para enviar a sus feligreses por todo el mundo para satisfacer necesidades humanitarias, se ideó una nueva construcción formal. Los arquitectos desarrollaron una catedral horizontal, que celebra la diversidad, la luz y la materia. Esta organización de edificio horizontal bajo, ajustado a la tierra, permite compartir con gracia el dominio del sitio con la arboleda antigua. Con un exterior de vidrio y entradas en todos los lados, el techo masivo da sombra al vidrio y crea una pasarela sombreada alrededor del exterior. Entrando por la fachada de cristal, los feligreses se mueven en el espacio de culto, envuelto en madera reutilizada, y descienden a una serie de terrazas que se centran en torno a una plataforma de 20 metros por debajo del nivel de suelo en el centro de la habitación. Además, las paredes principales que apoyan el plano horizontal del techo sirven como una armadura para la comunidad artística floreciente de la congregación, un monumento al impacto y la inversión de la comunidad en gran parte del mundo en desarrollo.
El edificio de culto tiene capacidad para más de 1.500 personas y se complementa con dos edificios de aulas para niños que enmarcan una sala al aire libre entre los tres edificios. Empleando una paleta material sencilla y duradera, las nuevas estructuras tienen paredes de mampostería expuesta, acero corten, estructura visible, vidrio y madera de granero reutilizada. El interior está lleno de una variedad de muebles que refuerzan la naturaleza ecléctica y diversa de la comunidad de fe.
