El flamante subsecretario de Fortalecimiento Institucional Fernando Sánchez pasó el primer mes del año diagramando el Congreso de 2018 para evitar choques como el de la ley previsional y entre sus últimas variantes está «una agenda social», o «humana», fácil de negociar con la oposición y de comunicar.
La lista tiene proyectos como la actualización de las leyes de HIV y de antidiscriminación, ambas con casi tres décadas de antigüedad y sin el abordaje de cuestiones del siglo 21.
Fernando Sánchez puntea una agenda del Congreso con temas poco hostiles, fáciles de negociar y de comunicar. Intentará así enterrar el clima de conflicto que dejó la reforma previsional.
Y lo más importante para Cambiemos: sus reformas no insumirían una importante erogación de recursos, un límite que siempre exige Luciano Laspina, presidente de la Comisión de Presupuesto.
Otra ley pendiente es la regulación de Alquileres, promovida por el macrista Daniel Lipovetzky que ya tuvo una similar en la Ciudad de Buenos Aires.
Lipovetzky retocó en comisión el proyecto aprobado en el Senado pero mantuvo restricciones a las comisiones inmobiliarias y la indexación de los contratos.
La agenda social se mezclará con la institucional, otro de los planes de Cambiemos para hacer pie en un Congreso hostil y dejar de rendirse a la voluntad de los bloques de los gobernadores, dispuestos más de una vez a complicar las negociaciones, un clima que llevó a Macri a cerrarlo en el verano.
El tema estrella será la nueva ley de ética pública, que mezclará la polémica restricción a funcionarios- familiares implementada en el Poder Ejecutivo. Laura Alonso anunció el proyecto de ley tomará los tres poderes.
También preparan una regulación del financiamiento de las campañas electorales y, si hay margen político, un nuevo sistema de votación. No será fácil. La grieta sigue latente.
Las leyes jurídicas animarán mucho las comisiones en marzo, con una gran cantidad de temas que ya empezó a detallar Germán Garavano en reuniones privadas con legisladores de Cambiemos.
