Macri pasó el juego a la Ciudad de Buenos Aires

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El traspaso del juego a la Ciudad fue un histórico pedido del entonces jefe de Gobierno porteño Mauricio Macri a Cristina Kirchner, conflicto que no tuvo solución durante la gestión de la expresidenta. El 1º de diciembre pasado venció el convenio firmado en 2003 entre Aníbal Ibarra y Néstor Kirchner para regular las relaciones sobre determinados juegos de azar en el territorio porteño.

El texto establece la conformación de una Comisión de Enlace -integrada por miembros de Lotería Nacional y del Instituto de Juegos de Apuestas porteños- para que «en un plazo no mayor a 120 días hábiles» se diagrame «un cronograma de trabajo pormenorizado para perfeccionar la asunción de competencias en la materia por parte de la Ciudad de Buenos Aires».

La decisión fue comunicada a través del Decreto 743/2016 publicado en el Boletín Oficial y fue firmado por Macri, por el jefe de Gabinete Marcos Peña, y por la ministra de Desarrollo Social Carolina Stanley.

EL ACUERDO ORIGINAL

El convenio de 2003 establecía el pago de un canon del Hipódromo de Palermo y el casino flotante -propiedades del zar del juego K- a la Ciudad. El Hipódromo en su origen fue una concesión de la Nación, mientras que los barcos casino flotan sobre aguas de administración federal.

El canon era como una suerte de compensación porque estas salas no pagan ingresos brutos a la Ciudad. Cuando se efectivice el traspaso -medida que ya fue publicada en el Boletín Oficial- la Ciudad tendrá el control y la fiscalización del Casino y del Hipódromo de López.

El decreto menciona la doctrina de la Corte Suprema de Justicia que estableció «de manera categórica que el régimen de juegos de azar y sus posibles infracciones, no trata de una cuestión de índole federal».

El zar del juego K se resiste a pagar Ingresos Brutos a la Ciudad, que le reclama la cancelación de una deuda de 10.000 millones de pesos. El propio Macri se involucró en las negociaciones con López: un emisario del presidente se reunió con el empresario para intimarlo a cancelar al menos una parte de la millonaria suma.